Cesar Gutierrez
La resaca después de la APEC
Acabada la fiesta corresponde lidiar con la Ley de Presupuesto y cambios en el gabinete
Una semana de pompa protocolar y elogios bilaterales; hipocresía recíproca le llaman. Promesas inversoras y convivencia en una burbuja alejada de la realidad cotidiana, es lo que está viviendo Dina Boluarte y sus ministros. Demasiada felicidad para ser duradera, el próximo lunes se experimentará la resaca de todo lo vivido, no de lo sufrido que escribía Vallejo.
El primer tema pendiente es la discusión de la ley del Presupuesto General de la República del 2025, y su correspondiente Ley de Endeudamiento y Equilibrio Financiero. Lo cotidiano es la polémica de montos de más o de menos en el aparato estatal, ya sea para gasto corriente o de capital. Aquí se juega a “una rebajita caserita”
En esta oportunidad hay algunos temas más sensibles: compra de aviones para la Fuerza Aérea, modernización de la Base Naval del Callao, inversiones para el Servicio Industrial de la Marina (SIMA) y algo que está en segundo plano, la activación de la garantía para la devolución de un préstamo del Banco de la Nación (BN) a Petroperú, y que ha sido capitalizado en septiembre pasado por un Decreto de Urgencia (DU-013-2024).
Es importante hacer cifras, a la vez de evaluar la situación del BN que con las decisiones tomadas y por tomarse, transita por el mismo camino tortuoso de la petrolera estatal. Todas las cuentas que se listan irían sobre la caja del BN. Para la compra de aviones: 7,580 millones de soles (MMS/.), para la Base Naval, la suma de 4,287 y para el SIMA, 585 MMS/, más 200 MMS/, para la construcción de un buque científico. En total 12,652 MMS/. (3,374 MMUS$).
Adicionalmente a lo señalado, está el caso del préstamo del BN a Petroperú por 800 MMUS$, transado en febrero pasado por mandato legal (DU-003-2024), con garantía de la caja fiscal, que ha sido capitalizado. Se supone que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) honrará el aval, lo que se conoce poco es que, en estos casos, no se hace en un solo acto, sino en cuotas anuales.
Una referencia de honrar las garantías se tiene en la Ley 30130 de diciembre del 2013. En esa oportunidad el MEF se comprometió a dar garantía soberana a Petroperú por 1,000 MMUS$ (que no ha sido usada), pero con la condición de que la pagaría en cinco cuotas anuales de 200 MMUS$. En esas épocas el déficit fiscal se manejaba sin problemas, y ahora es un dolor de cabeza.
En el contexto de lo explicado, un escenario optimista sería que el MEF devolviese al BN 200 MMUS$ en el 2025. En este escenario, la exposición del banco estatal con Petroperú sería de 2,600 MMUS$, de los cuales: 600 corresponden al saldo del préstamo capitalizado; 1,000 a la línea de cartas de crédito vigente y 1,000 al reciente préstamo otorgado en septiembre pasado.
De concretarse en la Ley de Presupuesto y de Equilibrio Financiero, los préstamos para Marina, Sima, buque científico, los aviones para la FAP y la devolución parcial de la deuda capitalizada, el BN tendría comprometido con el Estado US$ 5,974 MMUS$. Es indispensable un pronunciamiento de la Superintendencia de Banca y Seguros.
Un segundo tema, para el Ejecutivo es el relevo del gabinete ministerial, están nominados y con tarjeta de embarque: el titular del MEF, José Arista, el ministro de Energía y Minas, Rómulo Mucho, y el capitoste del Ministerio de Agricultura, Ángel Manero. La partida de los señalados será deshonrosa, luego de gestiones desastrosas. En el caso de Arista, se dirá que nos dejará un crecimiento del orden del 3.0% del PBI, pero un déficit fiscal de entre 3.0% a 4.0% del PBI.
Extrañará que no ponga en la lista de salientes, al ministro de salud, César Vásquez, que es parte del cuoteo político con la partidocracia, el ministro del interior, Juan Santivañez y el Premier Gustavo Adrianzén. En el caso de estos dos últimos, tienen la “virtud” de haber aprobado todas las “pruebas de valor” de ser escuderos de la mandataria.
Miembros del Ejecutivo, bienvenidos nuevamente al mundo real.
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