César Martín Peñaranda
La nueva realidad del comercio internacional
Causas de la desaceleración del comercio mundial
Durante los últimos dos años los retos que enfrenta el comercio global saltaron a primer plano con el alza del nacionalismo en el mundo desarrollado. Pero lo cierto es que la desaceleración del comercio viene de antes, con el periodo 2011-16 como el peor desde inicios de los ochenta, una clara reversión de la tendencia en la auspiciosa primera década del milenio. Las razones del cambio están en tres factores.
El primero es cíclico y derivado de la crisis soberana Europea —la caída entre 2009-2016—, considerando que el comercio al interior de la Unión Europea representa alrededor de un tercio del global. Lo positivo es que esta región emprendió su recuperación, y de manera general la demanda y producción industrial mundial han retomado su dinamismo.
El segundo, estructural, es más preocupante pues atañe a China y la ralentización en la creación de cadenas de valor. Se origina en la reducción secular de crecimiento de ese país, proyectado entre 5% y 6% para la próxima década, lo que ha impactado en la expansión de la manufactura global y envío de commodities. Este factor impulsará una localización, más que globalización.
El tercero es el político. Según Global Trade Alert, las medidas proteccionistas implementadas por las cinco economías desarrolladas más grandes aumentaron más de 70% entre 2014-15, más que los cuatro últimos años juntos. A nivel mundial, las medidas discriminatorias aumentaron en 50%.
Con estos antecedentes, si bien se espera que el comercio crezca de forma similar a la cifra de PIB global de 3.5% (FMI) proyectada para el 2017, se encontraría lejos de lo mostrado en la primera década del presente siglo, durante pleno boom exportador. En particular del mundo emergente, cuando el comercio doblaba las cifras de PIB total.
Mención aparte merece la era Trump y su política “America first”. Empecemos subrayando que no vemos fundamentos detrás de la premisa que apoya medidas proteccionistas agresivas para generar empleo doméstico productivo, aun cuando puedan reducir las importaciones. Al contrario, dicha política podría mellar el crecimiento y generar inflación. Gran parte de los empleos perdidos en el sector manufacturero estadounidense se relacionan más con los procesos de automatización que con el outsourcing a otras naciones. Sin embargo, si esta política prosperara —aunque los focos principales del gigante mundial serán China (representa la mitad de su déficit comercial) y México (renegociación del NAFTA)— se traduciría en una ralentización del crecimiento global por la menor productividad derivada de la mayor focalización (localización) de las cadenas de valor. Las clases medias tan beneficiadas a inicios del nuevo milenio podrían verse golpeadas.
¿Qué podemos hacer ante este panorama? Se deben analizar tres temas. En primer lugar, lo comentado en nuestro artículo “Dime con quién andas y te diré quién eres” y nuestra última videocolumna, respecto a la necesidad de identificar a los socios y regiones con mayor potencial. Esta identificación debe hacerse para redireccionar la consecución de más acuerdos, unilateralmente o en bloque, así como para optimizarlos eficientemente, reconociendo las oportunidades y principales fuerzas de mercado que deben regir una adecuada agenda interna procompetitividad. Es decir, adecuarse a aquellos que liderarán la demanda mundial.
En segundo lugar, y quizás como acápite del primero, enfocarse en la zona Asia Pacífico, sin perjuicio de lograr TLC con los TPP-11 (ex Estados Unidos) que falten. El bloque del RCEP y ASEAN liderará el crecimiento y la demanda global en las siguientes décadas, y se hace aún más relevante en el contexto de la “Iniciativa del cinturón y ruta de la seda”, la propuesta de inversión intercontinental masiva de China que la Alianza del Pacífico podría liderar en Latinoamérica, y sobre la cual podría proponer acuerdos complementarios.
Finalmente, dinamizar la exportación de servicios. Peter Navarro, director del recientemente creado Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, manifestó que las medidas proteccionistas anunciadas podrían en parte ser un medio para sentarse a negociar con países como China, México e India en cuanto a sus importaciones de servicios, donde mantienen legislación y medidas restrictivas. Esto podría terminar por consolidar el robusto crecimiento en el comercio mundial de servicios, evidenciado en los últimos años. Tenemos una agenda pendiente en este rubro.
César Martín Peñaranda
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