El deber de conocer nuestra Constitución

Entre los deberes que tenemos como ciudadanos, el principal debería ser conocer nuestra norma fundamental, que es nuestra Constitución Política. Ello también es parte de la vinculación que debemos tener como peruanos. Y es que conocer nuestra Constitución nos formará y nos informará sobre los derechos y libertades que poseemos como personas, y a la vez nos hará ver cómo es que está organizado el Estado del que somos parte. De esa manera sabremos ante qué entidades públicas acudir para amparar nuestros derechos, y también sabremos para qué sirven los poderes del Estado y por quiénes están representados.

Hasta hace poco cieto sector de la población proponía y alentaba un cambio de Constitución, impulsando la idea de una asamblea constituyente. Esto porque algunos argumentaban que la fuente de nuestras crisis políticas radica en la Carta Magna. Algo que hasta el día de hoy sigue siendo objeto de debate; es decir, dicha idea no ha sido superada. Y es que, por otro lado, otro sector se organizó en contra de una asamblea constituyente, argumentando básicamente que dicha figura no estaba reconocida en nuestra Constitución. Y que, además, concretar un proceso constituyente conllevaría a otorgarle poder ilimitado a una asamblea que podría ir en contra de la estabilidad y seguridad jurídica y política.

Ahora bien, se evidenció, dentro de dicho contexto, que muchos desconocían el contenido de la Constitución. En ambos bandos, tanto los que pedían un cambio constitucional, como los que estaban en contra de tal propuesta. Y en algunos casos inclusive había personas que no sabían lo que es una Constitución Política, ni lo que implica basar nuestra legislación en ella.

Entonces, una realidad así llega a ser preocupante y hasta lamentable, ya que no es posible que en la actualidad se desconozca la norma fundamental que guía y regula toda nuestra legislación. Y además que, sin saber su contenido, se la critique o defienda. Y en la mayoría de casos las posturas en relación a la Constitución se han fundamentado prinicpalmente en cuestiones ideológicas o partidarias, dejando de lado lo estrictamente jurídico. Y al hacer mención a esto no entendamos mal ni pensemos que al tratarse de un instrumento normativo solamente debe ser conocido por abogados o juristas. Esta idea es totalmente equivocada, porque al ser la norma suprema, debe ser conocida y respetada por todos.

Algunos pensarán que informarse sobre el contenido de la Constitución es tedioso y complejo. Nada más alejado de la realidad, es un texto de fácil acceso y comprensión. Al menos lo más importante, que debería ser lo relativo a la parte dogmática, en donde se encuentran reconocidos nuestros derechos; y a la parte orgánica, en donde se establece la organización del aparato estatal.

Por otro lado, y como ya se ha mencionado líneas arriba, la Constitución Política coadyuva a la formación de ciudadanía. Nos enseña a hacer respetar nuestros derechos y libertades y a la vez, a respetar los derechos de las demás personas. Y nos ayuda a entender el funcionamiento del Estado, conociendo las funciones de las entidades y órganos que lo componen.

En ese sentido, se debe promover y difundir el contenido de nuestra Carta Magna, como un asunto de naturaleza cívica. Sin ideologizaciones ni tergiversaciones. Y esto debería empezar por aquellas personas que están por iniciar sus deberes ciudadanos plenos, es decir, los jóvenes que están por cumplir la mayoría de edad. Por ello, es que han surgido iniciativas, como la de Capital Instituto, que a través de charlas a estudiantes de nivel secundario, se informa sobre el contenido esencial de la Constitución Política, sin sesgos ni objetivos proselitistas, sino por motivaciones primordialmente ciudadanas.