Heriberto Bustos
Eduquemos para la paz y el progreso
Reflexiones sobre la diversidad cultural en el Perú

A propósito de las alertas sobre la utilización del programa “Aprendo en casa” para acuñar ideas de confrontación en la mente de los estudiantes, utilizando como argumento la diversidad cultural existente, resulta oportuno, detenernos a reflexionar sobre la presencia de varias culturas (multiculturalidad) en la absoluta mayoría de pueblos y ciudades del país como resultado de procesos milenarios de migración. Una circunstancia que posibilitó el tránsito al progreso social, económico, político y cultural, dando lugar a la convivencia e interacción entre esas culturas, mostrando capacidades de reconocimiento y diferenciación (diversidad cultural). La presencia de niveles de comunicación y acciones mutuas entre individuos y grupos, fuer sentando bases que, a través del diálogo y la concertación, superarían la predominancia de una sobre otra u otras culturas (interculturalidad), evidenciando que la cultura solo puede ser pensada y vivida, en armonía y colectividad.
En el terreno pedagógico, históricamente la multiculturalidad, optó por la equidad y la tolerancia hacia otros, guardando distancia o ignorando el enriquecimiento y transformación mutua a partir de la interacción presente. Justamente por esa razón su propuesta educativa anclaría en la educación bicultural que a decir de Enrique López(1) suponía “que un mismo sujeto podía recurrir a elementos, conceptos y visiones de dos culturas diferentes… y separar claramente y a voluntad, entre una cultura y otra”. Frente a ello, el currículo consideraba contenidos de ambas culturas, sin interés alguno por relacionarlas. Con el transcurrir, este tipo de educación fue cediendo su lugar a otro de naturaleza intercultural entendida como una educación de todos para convivir dentro de una sociedad multicultural.
Ahora bien, ante las voces discrepantes por el uso ideológico del programa educativo mencionado, han surgido opiniones pretendiendo explicar o avalar la intencionalidad del enfrentamiento, utilizando viejas estrategias como “la mejor defensa es el ataque”. Una acción a la que lamentablemente se sumó el propio ministro de Educación, quien tratando de justificar afirmó: “Revisamos diariamente los contenidos y es una oportunidad para tocar con rigurosidad temas no abordados históricamente para integrar el país”, mostrando una grave desinformación.
Debemos recordar que tanto la Ley General de Educación (2003) como los Lineamientos de Política de Educación Intercultural Bilingüe (2005) señalan que la interculturalidad es un principio rector de todo el sistema educativo y se promueve la educación intercultural para todos. Es más, el primer propósito del Diseño Curricular Nacional de la Educación Básica Regular (2009): Desarrollo de la identidad personal, social y cultural en el marco de una sociedad democrática, intercultural y ética en el Perú, considera como logro en los estudiantes de secundaria: “Pone en práctica un estilo de vida democrático, en pleno ejercicio de sus deberes y derechos, desarrollando actitudes de tolerancia, empatía y respeto a las diferencias, a la par que rechazando todo tipo de discriminación”(2).
Como podrá desprenderse, se trata de orientaciones educativas para construir un país unido en y a partir de la diversidad. En ese camino ha venido transitando la educación, buscando la unidad a partir de las diferencias, y sentando bases para superar el antagonismo que provoca conflictos, incrementa actitudes intolerantes y abre las puertas a la marginación y el racismo, entre otros males. Las acciones en curso, en tanto inciden negativamente en la construcción de una sociedad cohesionada y democrática, ameritan rectificación por parte del Minedu. Y más aún si van a contracorriente de sus propuestas: “pluralidad, diálogo, tolerancia”.
1 Lingüista y educador peruano, especializado en educación intercultural bilingüe (EIB)
2 Diseño Curricular Nacional de la Educación Básica Regular (2009)
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