Manuel Gago
Derrotarlos en las calles y en las urnas
La izquierda no cuenta con el apoyo popular

Mientras José Jerí, presidente de la República, por prudencia, se tomaba su tiempo para armar su Gabinete, la progresía golpea su designación por parte del Congreso de la República. La violencia de las manifestaciones venideras intentará estropear el calendario del próximo proceso electoral, debido a que los candidatos izquierdistas perderían ampliamente en las urnas. El apoyo popular los esquiva, y la calle así se manifiesta. Las personas de buena voluntad saben sobre el tufo insurreccional de las protestas.
Los huancaínos con la memoria bien plantada no olvidan las razones de los asesinatos selectivos durante los ochentas y noventas, realizados por el militarizado partido comunista Sendero Luminoso, acompañado de sicarios provenientes del Huallaga, de los campos cocaleros: por un lado, aterrorizar y someter a la población; por otro lado, eliminar a sus opositores, entre ellos los izquierdistas que se negaron a participar de su demencial “guerra popular”. Fueron igualmente asesinados alevosamente vecinos, amigos, autoridades y notables conocidos. De manual. No fue un invento senderista. Es la parte sustantiva de todo magnicidio.
En Huancayo sucedieron atrocidades no olvidadas. Los terroristas emboscaron a profesores del colegio Ramiro Villaverde, funcionarios de la dirección de Agricultura de Junín y, entre otros vecinos distinguidos, alcaldes, médicos, radiodifusores y periodistas de la ciudad. Mataron por matar, para demostrar de lo que son capaces si la población no se allanaba. Por entonces, a nadie se le ocurrió organizar marchas contra el senderismo asesino y destructor. La mayoría estaba asustada. Cualquier explosión o bala perdida los haría víctimas. Para aumentar la intimidación y paralizar las actividades económicas inventaron los “paros armados”.
Los asesinatos de los cantantes populares tienen algo de los asesinatos de los notables de antes? ¿Las “protestas” de la otrora generación del Bicentenario y la actual generación Z son una burda manera de presión?
No obstante el temor de los transportistas, comerciantes, músicos y demás, la gente continúa con sus labores. Los izquierdistas serán derrotados en las urnas y por la ausencia de las mayorías durante las protestas. En las zonas populares, emporios comerciales y transporte público la gente sigue en lo suyo. Los jóvenes continúan haciendo selfies y transmisiones “en vivo”: “la noche es joven” y “hasta las últimas consecuencias” (de las diversiones). Las “previas”, sinónimo de movimiento sin descanso, marcan el incansable paso. ¿Qué significa todo esto? Que las extorsiones y asesinatos de víctimas desconocidas no han sido suficientes.
Merece destacarse la valentía de la mayoría silenciosa. No es parte de ningún levantamiento disfrazado de legítima protesta. No obstante, invocamos a los padres de familia y docentes a tratar de impedir por la vía de la persuasión que sus hijos y alumnos participen en las revueltas. Pueden terminar asesinados por una bala disparada por quienes buscan muertos. La historia, entonces, se volvería a repetir. Los izquierdistas gritarán “Jerí, asesino”. Y lo que seguirá, ya es conocido. El manual insurreccional volvería a funcionar al pie de la letra. Triunfará el “Jerí no me representa”.
El boicot al desarrollo social, económico y político será siempre el objetivo del comunismo, el enemigo jurado del progreso y bienestar. De usted depende, con su voto y alejándose de los disturbios, reducir esa insistente amenaza.
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