Buenos muchachos

La captura y posterior liberación de Iván Quispe Palomino nos recuerda varios hechos. Los hermanos Víctor (a) “José” y Jorge (a) “Raúl” fueron procesados “en ausencia” por ser cabecillas de Sendero Luminoso, así como por narcotráfico y tráfico de armas. También fueron acusados de emboscar y asesinar a policías y soldados. 

Miguel Quispe Palomino, candidato al Gobierno Regional de Pasco en 2011, contrató obras públicas en Junín durante la primera presidencia regional de Vladimir Cerrón. Dos de sus empresas fueron parte del consorcio Gran Aeródromo Wanka. ¿Acaso inversionistas mexicanos estuvieron detrás del aeropuerto de Orcotuna para establecer puente aéreo entre México y Perú para conectar carteles de drogas?

Las inversiones del clan de hermanos serían millonarias en Ica: venta de vehículos, mecánicas, grifos, inmobiliaria y más. Otros senderistas también dieron el gran salto, del narcoterrorismo a inversiones. En Ayacucho, la familia de una conocida maoísta abatida es dueña de colegios; es decir, pasaron de los paros armados, extorsiones, coches bombas, asesinatos e intento de destruir la economía nacional al mundo capitalista, ¿gracias al narcotráfico? Esta “evolución” del pensamiento Gonzalo tiene objetivos específicos: mimetizarse en la sociedad, lavándose la cara y apareciendo como buenos muchachos. Para el neosenderismo, ser comunista no es incompatible con las actividades económicas privadas y tampoco obliga a convivir con los pobres.

Las directivas del comité central del Militarizado Partido Comunista del Perú (Sendero Luminoso) son movilizar, producir, combatir, “fundirse principalmente en las luchas del proletariado minero, la lucha y la protesta popular”. La gran tarea comenzó hace más de 20 años. El senderismo ha logrado también infiltrar las instituciones del Estado, Ejército, Policía, colegios, universidades, medios de comunicación y hasta iglesias y servicios de salud y rescate. La DINI y los servicios de inteligencia también fueron infiltrados. ¿O no? Detrás de otros gremios convocan manifestaciones con fines políticos, aprovechándose de la delincuencia imperante.   

Vale señalar que en el mundo del narcoterrorismo la traición se paga con sangre. Asesinaron a líderes izquierdistas por considerarlos traidores al movimiento popular. En 1999, después de los operativos de inteligencia para atrapar a “Feliciano” –el más temible de los senderistas–, “Rita”, “Joel” y otros se hicieron colaboradores de las fuerzas del orden. El helicóptero del Ejército que los transportaba fue emboscado y derribado, allí fueron asesinados militares y los considerados traidores. Según se sabe, los verdaderos colaboradores cambiaron de nombre o están fuera del país. 

Desde hace más de 30 años el objetivo del senderismo es destruir el Estado y sus fuerzas productivas. Fracasaron con los bombazos y balazos, hoy lo hacen por intermedio de organizaciones sociales creadas y una embestida cultural y espiritual además de una criminalidad potente concebida en Cuba y Venezuela. No es coincidencia que los niveles de inseguridad peruana sean iguales a los de Ecuador, con un gobierno opuesto al socialismo.

La actual ola criminal es entonces claramente una embestida socialista. Fracasará cualquier intento contra la inseguridad que no considere esta posibilidad, y la ola continuará. Se argumentará contra la Policía en favor de los delincuentes, se dirá que si se erró, como en apariencia sucedió en el caso de Iván Quispe Palomino, se errará en otros casos. Y el terror criminal, fortalecido, seguirá adelante.