Venezuela: El delirio de controlar el mercado

¿Qué hay detrás de la campaña chavista de persecución y encarcelamiento de empresarios?                                                           A tres semanas de las próximas elecciones municipales de Venezuela -previas a las cruciales legislativas-, el régimen de Nicolás Maduro se ha desbocado en autoritarismo y ha encarcelado a 100 empresarios, tras culparlos de su propio fracaso, para evitar una derrota en las urnas que se vislumbra segura debido al malestar popular originado por la escasez de alimentos y medicinas, y la inflación galopante de 75% el 2014 y proyectada en 110% para este año. Una vez más el autoritarismo pretende vanamente digitarlo todo según su voluntad política; no entiende que los mercados son organismos vivos. Craso error. "Tenemos a más de 100 burgueses tras las rejas en este momento", dijo Maduro en un discurso a la nación, en el que también anunció la intervención de la cadena de tiendas Farmatodo y una ley para limitar las ganancias de las empresas entre 15% y 30%. Acusó a los dueños de varias empresas de vender por encima de los precios fijados por el régimen y de provocar la escasez de productos básicos. Maduro está obligando a las empresas a que vendan por debajo de sus costos, empujándolas así a la quiebra. La burocracia chavista ha fijado los precios oficiales suponiendo que las empresas importan sus productos con el dólar oficial de 6.3 bolívares cuando la mayoría se ve obligada a pagar cerca de 60 bolívares por dólar, en el mercado informal, porque el gobierno les niega las divisas que necesitan para importar su mercancía. Muchas empresas han cerrado sus puertas por la falta de dólares y la presión del gobierno, aumentando así la escasez. Maduro y sus seguidores denuncian un supuesto “complot empresarial” para ocultar la principal causa del problema: la caída del precio del petróleo y la parálisis productiva. A haber convertido el chavismo a Venezuela en un país monoexportador de crudo, los ingresos han caído en más de 50% (este año dejará de recibir US$10,000 millones) y por eso no tiene dólares para importar alimentos y medicinas. Lo peor es que Venezuela importa el 80% de lo que consume porque las políticas chavistas han traído abajo la producción nacional. La represión anti-empresarial es una maniobra política distrativa que está destinada a fracasar porque las distorsiones del mercado generadas por las políticas populistas del chavismo inevitablemente empobrecerán más a Venezuela y precipitarán asi la caída del régimen chavista, tal como sucedió antes en la ex Unión Soviética y en los demás países de la llamada “cortina de hierro”, que también pretendieron manejar la economía a su voluntad, ignorando la dinámica propia de los mercados. Los peruanos, por cierto, vivimos ya esa experiencia dolorosa en las décadas de los 70´y 80’, cuando la última dictadura militar y los populismos posteriores también pretendieron imponer su voluntad sobre los mercados y provocaron así una escasez, hiperinflación y pobreza. Al finalizar aquellas décadas, el 57% de los peruanos éramos pobres y 30% pobres extremos. 05 - Feb - 2015