Globalización

Una ofensiva general y sin precedentes contra Occidente

Las sociedades occidentales empiezan a reventar desde dentro

Una ofensiva general y sin precedentes contra Occidente
  • 15 de octubre del 2023

Antes de empezar a reflexionar sobre la polarización mundial que se ha desatado luego del brutal ataque terrorista de Hamas a asentamientos civiles israelíes vale intentar definir lo que se entiende por Occidente y cultura occidental (algo casi imposible en un humilde artículo periodístico). En términos generales se podría definir Occidente como el modelo de sociedad en el cual se han alcanzado los mayores espacios de libertades políticas, económicas y sociales. De alguna manera las principales tradiciones de las sociedades occidentales son la herencia judeo-cristiana, el derecho romano y la revolución industrial capitalista. Bajo esas tradiciones, el hombre, el individuo se convirtió en el centro de todas las reflexiones y la defensa de la vida y los Derechos Humanos en el eje de todas las reflexiones y de cualquier esfuerzo.

Hoy, luego del ataque terrorista de Hamas –en el que se violó y asesinó mujeres, se masacró niños, ancianos y se decapitó a soldados vencidos– Occidente parece derrumbarse porque en el interior de sus sociedades, minorías muy activas –entre ellas las izquierdas occidentales y migrantes del Medio Oriente– se niegan a condenar frontalmente el terrorismo fundamentalista, convocan movilizaciones e, incluso, en Alemania han comenzado a marcar las casas de las familias judías como acaecía con el terror del nazismo.

En este contexto, vale preguntarse si quienes defienden los Derechos Humanos, las libertades y el Estado de derecho deben defender la vigencia de Occidente. De manera categórica y absoluta respondemos afirmativamente. Si Occidente se derrumba, la vigencia de las libertades se convertirá en una interrogante en nuestro planeta. En este contexto, el fundamentalismo islámico y el capitalismo de Estado sin libertades que impulsa China se convertirían en modelos alternativos para la vigencia de las sociedades occidentales.

Sin embargo, ¿cómo así las sociedades occidentales parecen reventar desde dentro? Luego de la caída del Muro de Berlín el progresismo, ya sea en sus versiones norteamericanas o neomarxistas, se convirtió en el mayor adversario de las tradiciones occidentales, luego de que estas florecieran y prosperaran durante dos milenios. El progresismo se apoderó de la filosofía y la universidad; es decir, de los predios desde donde emergió toda la grandeza occidental. Resumiendo, entonces, es imposible hablar de la grandeza de Occidente sin su filosofía.

El marxismo, luego de haber fracasado en su proyecto de “la igualdad absoluta” con la experiencia soviética, se reformó en diversas versiones neomarxistas para proponer el nuevo programa de “libertad absoluta”, con el objeto de erosionar y destruir todas las instituciones intermedias que explican a Occidente (familia, propiedad, privada, empresa, mercados, lenguaje). Bajo el programa de “libertad absoluta” se identificó a la tradición cristiana como la fuente de la “ignorancia cultural” y del poder del “hombre blanco, patriarcal, capitalista y colonialista”. Y poco a poco, Occidente se quedó sin tradiciones, mientras avanzaban otras dos tradiciones religiosas en el planeta: el fundamentalismo islámico y la religión laica y profana del marxismo anticapitalista.

Las masivas marchas en Europa de sociedades musulmana negándose a condenar el terror de Hamas bajo una argumentación que señala una violencia acumulada a lo largo de décadas y siglos –que puede remontarse hasta las cruzadas– revela el devastador daño que ha causado el multiculturalismo en Occidente: permitir migraciones que crean sociedades al margen de las constituciones y los estados de derecho de Occidente. Igualmente revela el avance de las izquierdas marxistas anticapitalistas que ya no necesitan difundir el programa del comunismo para seguir cuestionando las bases de las sociedades occidentales.

Luego del devastador ataque terrorista de Hamas, Occidente empieza a reaccionar y a dejar en claro algunas cosas. Las culturas occidentales todavía siguen representando el principal poder militar del planeta. La supremacía es enorme en este campo. Asimismo, siguen expresando la preponderancia económica global. 

No obstante, la grandeza de Occidente a lo largo de los últimos siglos provino principalmente de su filosofía y de sus universidades. Todos los imperios occidentales nacieron del vientre de la filosofía de los griegos, de la escolástica y de la Ilustración. Si Occidente no vuelve a sus raíces, las religiones de la intolerancia y la muerte echaran una noche negra, muy larga, sobre la humanidad.

  • 15 de octubre del 2023

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