Un día decisivo para el futuro de Cuba

Existe grandes expectativas en todo el mundo por lo que sucederá hoy en Cuba, cuando se realice la Marcha Cívica por el Cambio (15N), convocada por la plataforma cívica Archipiélago, a cuatro meses de las multitudinarias protestas llevadas a cabo en el mes de julio, en 62 lugares de la isla, y que concluyeron con más de 1,200 personas detenidas. Hoy, la mitad de esas personas continúan detenidas, condenadas o pendientes de “sanciones desproporcionadas” simplemente por manifestarse, lo que es un derecho constitucional reconocido. Una buena parte de esas personas estuvieron “desaparecidas” por largo tiempo, y muchas han dado testimonios de haber sido torturadas durante su encarcelamiento.

Las reacciones del Gobierno cubano ante la convocatoria para la marcha de hoy han sido también abiertamente represivas. A los ciudadanos que han publicado en redes sociales que participarán en la marcha se les ha citado a interrogatorios en Seguridad del Estado, donde han recibido amenazas de todo tipo si llegan a unirse a las protestas. A muchos los han despedido de sus trabajos e incluso los han detenido y trasladado a alguna estación policial. Las amenazas han sido mucho más rotundas para los organizadores de la marcha; como en el caso del dramaturgo Yunior García, uno de los líderes de Archipiélago. Además el Gobierno ha realizado campañas mediáticas difamatorias contra las personas más identificadas con los movimientos de protesta.

“Estamos asistiendo a un movimiento contrarrevolucionario sin precedentes en Cuba”, dijo Carlos Alzugaray, ex embajador de Cuba ante la Unión Europea y académico que se considera un partidario “crítico” del gobierno. Por eso, en diversos países se realizarán simultáneamente marchas en apoyo a los cubanos que luchan contra la dictadura. Cientos de miles de cubanos emigrados están llamados a salir a las calles el lunes en más de un centenar de ciudades de todo el mundo. La principal de esas manifestaciones se realizará en Miami. Y en España, diversos partidos políticos han considerado esta jornada como “un hecho histórico”, y han convocado a organizaciones y movimientos en favor de la democracia y la libertad a realizar marchas para “exigir que los cubanos puedan ejercer el derecho de manifestación sin coacciones ni violencia”., 

Las autoridades cubanas han negado los permisos demandados por los organizadores de las marcha, argumentando que se trata de una campaña contra el país, financiada desde el extranjero. Además, ha decretado la fecha como Día de Defensa Nacional, fecha que ha sido precedida por dos jornadas de ejercicios militares. La fecha también coincide con la reapertura de la isla al turismo, la principal fuente económica del país, y con las celebraciones planeadas por el 502 aniversario de La Habana, la capital. Por todo ello, el jerarca Díaz-Canel ha sido muy enfático en su rechazo a la marcha,y ante el Parlamento afirmó que "nadie va a aguarnos la fiesta".

Ante estas amenazas, los dirigentes de las marchas han hecho cambios de último momento Originalmente, la manifestación en la Habana estaba convocada en el malecón, el paseo del Prado y el Parque Central ya la estatua de José Martí, muy cerca del Capitolio, el epicentro de las protestas del pasado julio. Ahora le piden a la gente que exprese su apoyo vistiéndose ese día de blanco y saliendo a la calle, pero sin desfilar por una ruta determinada. También han hecho un llamado para una cacerolada de protesta los días 14 y 15 de noviembre. Lo cierto es que casi cualquier cosa podría suceder, teniendo en cuenta la magnitud de la convocatoria y los excesos cometidos por el Gobierno para reprimir las manifestaciones de hace cuatro meses.