Globalización

La izquierda paraliza la economía en Perú, Chile y Colombia

Lentificación del crecimiento detiene el proceso de reducción de pobreza

La izquierda paraliza la economía en Perú, Chile y Colombia
  • 15 de noviembre del 2022

La llegada de gobiernos de izquierda, colectivistas e influidos por corrientes neocomunistas, ha convertido a los milagros económicos de Perú, Chile y Colombia en sociedades al borde del abismo o con enormes interrogantes sobre el futuro. El crecimiento en los tres países de la Alianza del Pacífico, que han firmado la mayor cantidad de tratados comerciales en la región y con impresionantes procesos de reducción de pobreza, deja una incuestionable enseñanza: las sociedades no solo comen pan. También se alimentan de relatos y narrativas.

El Perú en tres décadas logró triplicar su PBI y reducir la pobreza del 60% de la población a solo 20%, antes de la pandemia. Previamente al proceso constituyente, Chile había alcanzado el ingreso per cápita más alto de América Latina y había reducido la pobreza debajo del 10% de la población, mientras que Colombia era un país que crecía sostenidamente y reducía la pobreza. ¿Cómo así entonces se encumbraron gobiernos de izquierda que, en la práctica, proponen acabar o relativizar el modelo basado en la inversión privada, la desregulación de mercados y el libre comercio?

La derecha y el empresariado regional se dedicaron a invertir y crear riqueza, creyendo en el aserto marxista acerca de que la situación económica determinaba la cultura y la consciencia de la gente. Muy por el contrario, la izquierda neocomunista no atacó directamente el modelo económico, pero se dedicó a construir las narrativas que se volvieron dominantes: demonización del empresariado, defensa de supuestos DD.HH. para debilitar la autoridad democrática del Estado, “defensa del medio ambiente” contra la inversión en recursos naturales, y la conocida y extendida ideología de género. Todo eso, en una envoltura que asumió las formas de un supuesto demonio: antifujimorismo, antipinochetismo y antiuribismo.

Ante el triunfo cultural de las izquierdas, Pedro Castillo, Gabriel Boric y Gustavo Petro llegaron al poder. Sin embargo, con la izquierda en la conducción del Estado, la narrativa tenía que enfrentar un problema sin solución: ¿cómo avanzar contra un modelo que había creado tanta prosperidad? En Perú se anunció una constituyente, en Chile se rechazó una constituyente colectivista y posmoderna, y en Colombia se lanzó una reforma tributaria anti inversión. De pronto, las economías dejaron de crecer y los avances sociales comenzaron a desaparecer. 

La economía de Chile –es decir, del primer productor mundial de cobre– este año apenas crecerá menos de 2%. Sin embargo, ese dato solo es la punta de un iceberg. Según diversos organismos internacionales, la economía chilena se contraerá entre 1.5% y 0.55% el 2023. El motivo: la caída de la inversión, sobre todo la privada. Según el Banco Central de Chile se proyecta una caída de la inversión del orden del 3.3% para este año y de 4.7% en el 2023. Algo más. Desde que se desató el proyecto constituyente, la elección del gobierno colectivista de Boric y el abrumador rechazo al proyecto de constitución, la fuga de capitales se calcula en alrededor de US$ 20,000 millones.

El Perú, segundo productor mundial de cobre, este año crecerá menos de 3% y el próximo apenas superará el 2% mientras se detiene el proceso de reducción de la pobreza. El motivo: la caída de la inversión privada. Desde la llegada de Castillo al poder se calcula una fuga de más de US$ 15,000 millones.

Colombia es otra de las joyas regionales que palidece frente a la llegada del gobierno colectivista de Gustavo Petro. Un último informe del Fondo Monetario Internacional señala que la economía colombiana crecerá 7.6% en el 2022 –sobre todo por el impulso y la inercia dejada por la administración Duque–; sin embargo, en el 2023 la economía colombiana apenas crecerá sobre el 2%. 

Semejante tendencia decreciente solo tiene una explicación: el plan económico de Petro identificado con el aumento de impuestos al sector privado. El Congreso de Colombia acaba de aprobar una reforma tributaria que aumenta impuestos a las exportaciones de petróleo y carbón con el objeto de recaudar US$ 4,000 millones para “programas sociales”. Igualmente, la reforma considera gravar con más impuestos a las personas que ganen US$ 2,000 mensuales y al consumo de alimentos ultraprocesados, los plásticos de un solo uso y las bebidas azucaradas. La clase media amenazada y la terciana progresista de la economía y la alimentación verdes en un solo envión.

Como se aprecia, es evidente que la gente no solo come pan. Sin embargo, todo indica que las izquierdas se derrumbarán en la región, porque nadie podrá explicar cómo así se detuvo el crecimiento y la reducción de la pobreza. La economía entonces será un adversario no imaginado.

  • 15 de noviembre del 2022

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