Globalización

La explicación de Trump: ¡La traición de las élites de Estados Unidos!

Desde la cultura, la política y la economía, todo se organizó para destruir la Unión

La explicación de Trump: ¡La traición de las élites de Estados Unidos!
  • 09 de abril del 2025


Es absolutamente imposible explicar la segunda presidencia de Donald Trump y el
blitzkrieg mundial que desarrolla en términos ideológicos, políticos y comerciales sin el intento de destruir, de hacer volar por los aires, la gran unión americana. Semejante tesis que puede ser atribuida a cualquier conservador o derechista afiebrado es una aproximación absolutamente fundada en la realidad: antes del segundo mandato de Trump la posibilidad de la desintegración de la unión americana de los 50 estados estaba sobre la mesa. Los fantasmas de la Guerra Civil de Secesión del siglo XIX habían resucitado y se paseaban en todos los capitolios de los 50 estados.

Antes de seguir sobre el tema vale preguntarse si la continuidad del imperio estadounidense –el único imperio sin colonias a diferencia del inglés, del británico y de los imperios musulmanes– es una necesidad para la preservación de Occidente, de los sistemas republicanos, el Estado de derecho y las libertades. Creemos absolutamente que sí. No hay la menor duda. El imperio de los Estados Unidos en el siglo XX fue un baluarte en la lucha contra el comunismo, el fascismo, el nazismo y todas las formas de totalitarismo. Más allá de los yerros históricos, Estados Unidos fue un faro de las libertades mundiales. Los Estados Unidos se destruían desde adentro, desde sus universidades y por la acción de sus élites, mientras todo el eje antioccidental se sentaba a contemplar cómo se derrumbaba el imperio más asociado a las libertades, lo que era una traición democrática sin nombre.

Pero ¿cómo se destruía Estados Unidos desde adentro? La gran unión americana y todas las sociedades occidentales –incluidas las hispanoamericanas– atraviesan una verdadera revolución cultural sin partido único –tal como sucedió en la China Mao– que busca destruir todos los cimientos y pilares culturales de Occidente. Y no solo se trata de las tesis con tercianas del wokismo mundial (familia, género, identitarismo, entre otros) sino que en Estados Unidos las élites buscaban destruir las bases fundacionales de la gran unión. 

En agosto del 2019 The New York Times, uno de los símbolos de la libertad de prensa en Occidente, lanzó el proyecto 1619 que buscaba modificar la fecha de la fundación de los Estados Unidos en vez de 1776, año en que las trece colonias declararon su independencia. ¿Qué había sucedido en 1619? La llegada del primer barco esclavista a Virginia. En otras palabras, la fundación de los Estados Unidos estaba asociado al esclavismo y no a la guerra civil que libraron Abraham Lincoln y los republicanos de entonces por la abolición de la esclavitud, una de las guerras más feroces en bajas humanas de la historia en proporción a la población. La historia de Estados Unidos, entonces, tampoco estaría vinculada a los actos de grandeza de la Segunda Guerra Mundial en donde murieron más de medio millón de estadounidenses peleando en un continente que no era el suyo en contra del fascismo, el nazismo y luego el comunismo.

El intento de destruir la historia de los Estados Unidos tuvo sus antecedentes en la revolución cultural antioccidental que se expandió en las universidades, en el derribo de las estatuas de los padres fundadores de la gran unión y en la intención de destruir las esculturas de Washington, Jefferson, Roosevelt y Lincoln en el Monte Rushmore.

La gran unión americana, pues, estaba siendo dinamitada, destruida, desde adentro de una manera desconocida en la historia moderna. La traición de las élites estadounidenses y la voluntad de revisar la historia, de deconstruir la historia, para convertir la obra institucional republicana más grande de la historia en sinónimo de un “país esclavista, colonial y supremacista blanco”, era una traición sin nombre. 

Todo esto sucedía mientras que, en la globalización económica luego de la Segunda Guerra Mundial, se declaraba el libre comercio, se declaraban aranceles nominales de la boca para afuera en tanto se elevaba hasta el límite las barreras paraarancelarias en contra de las exportaciones de los Estados Unidos con el claro objetivo de destruir a la primera economía mundial.

El segundo gobierno de Donald Trump y sus estilos, pues, son la consecuencia directa de la traición de las élites, de la academia y la inteligencia de los Estados Unidos que aceptó pasivamente todas las estrategias de destrucción de la gran unión americana.

Luego de las nuevas tarifas recíprocas de Trump comienza a surgir un nuevo orden mundial que los países hispanoamericanos, de una u otra manera, estaremos obligados a optar.

  • 09 de abril del 2025

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