Universidad: Irrumpe la nueva generación

Sobre el ranking de calidad educativa universitaria de la revista América Economía.- 

América Economía, la más importante revista latinoamericana de asuntos económicos, ha publicado el Ranking de Calidad 2014 de las universidades de la región, en el cual figuran un grupo importante de universidades peruanas de larga data, pero también otras pertenecientes a la nueva generación de universidades privadas surgidas hace unas dos décadas, tras la apertura de la educación superior universitaria a la inversión privada. Este grupo representa más del 40% de los centros de estudios universitarios incluidos en dicho ranking.

Entre las de larga data están la bicentenaria universidad Mayor de San Marcos -la única estatal, lo que dice mucho de la capacidad del estado para brindar educación superior-, la Universidad Católica (97 años), Universidad Del Pacífico (52 años), Cayetano Heredia (66 años), Universidad de Lima (52 años). Y entre las de nueva generación figuran la de Ciencias Aplicadas (UPC, 20 años), Científica del Sur (16 años), San Ignacio de Loyola (19 años), Continental (Huancayo, 16 años) y Privada del Norte (Trujillo, 20 años). La pregunta emerge por su propio peso ¿Cómo así universidades jóvenes han podido escalar tan rápido en materia de calidad educativa hasta aproximarse o superar en algunos aspectos a competidoras tan antiguas?

La respuesta, sin duda, es aquella que explica el crecimiento del país en otros ámbitos: El impulso poderoso de la inversión privada. Pero también la nueva forma de gobierno universitario que tienen, que responde a una visión moderna de la educación superior.

Las nuevas universidades privadas han creado un mercado  en el que se disputan las matrículas compitiendo por ofrecer los mejores servicios, docentes calificados e infraestructuras de primera calidad, pero además pensiones accesibles, menores que las que cobran las particulares antiguas. El incentivo del lucro legítimo alienta una competencia en la que quienes ganan más, al final, son el estudiante y su familia.

En cuanto a la forma de gobierno, las nuevas universidades privadas tienen un directorio que elige al rector y las demás autoridades, como cualquier empresa, a diferencia de las “privadas asociativas sin fines de lucro”, que se gobiernan por asambleas universitarias con tercio estudiantil, esquema que ha permitido que, en muchos casos, los altos cargos se los repartan grupos de poder con ideología o intereses comunes, que al final se perpetúan en el poder. Lo más paradójico es que las universidades que supuestamente no tienen fines de lucro cobran las pensiones más caras y sus directivos tienen sueldos secretos.

El proyecto original de la Ley Universitaria o Ley Mora propuso eliminar el régimen de gobierno especial de las universidades privadas con fines de lucro, pero la protesta que desató aquel intento absurdo hizo retroceder a sus autores y el Congreso de la República respetó finalmente el régimen especial.

Los resultados que vemos en el Ranking de Calidad universitaria de América Economía merecen ser objeto de reflexión por parte de nuestras autoridades ahora que la aplicación de la Ley Mora está empantanada en medio de recursos legales legítimos de los sectores afectados. En este portal creemos - y lo reafirmamos ahora- que en democracia es imposible aplicar una ley rechazada por la sociedad en general y por los miembros de la propia comunidad universitaria en particular. Por eso invocamos a la reflexión, hasta el cansancio.