Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Luego del Gobierno de Pedro Castillo algunas percepciones han cambiado en la sociedad. Por ejemplo, creemos que hoy en la sociedad existe mayor conciencia sobre la importancia de la minería para el crecimiento y el desarrollo del país. Por otro lado, más allá de algunas encuestas y ciertas estrategias progresistas y, a pesar del evidente descrédito de las instituciones, es innegable que la mayoría de la gente apuesta por el Estado de derecho y la institucionalidad. De lo contrario las oleadas insurreccionales en contra de la Constitución ya habrían triunfado.
En ese sentido, una de las conclusiones urgentes que nos deja el gobierno de Castillo debería ser el papel de la sociedad y del sector privado en la reforma de la educación y en la construcción de una sociedad plural y tolerante. Durante el gobierno de Perú Libre y el Movadef, el Ejecutivo pretendió instrumentalizar la educación pública para convertirla en una herramienta de su estrategia de poder a través de la constituyente. En ese sentido, el Frente Nacional de los Trabajadores de la Educación Peruana (Fenatep) controló abiertamente el Ministerio de Educación y se propuso destruir la carrera pública magisterial que ya comprende casi al 50% de los 380,000 maestros de la escuela pública. Igualmente se propuso cambiar el currículo estatal en función de las estrategias de adoctrinamiento marxista.
Desde el Estado, el Fenatep y el Movadef tenían todos los recursos para instrumentalizar la educación. En ese contexto, el sector privado que atiende dos tercios de la matrícula en la educación superior y un tercio en la educación básica se convirtió en un muro de resistencia frente a la estrategia homogeneizadora del gobierno. En ese momento avanzar sobre el sector educativo privado habría significado un abierto proceso de estatización, es decir, un cambio abierto y frontal del modelo económico.
No es exagerado entonces sostener que el sector privado de la educación se convirtió en una reserva de pluralidad y tolerancia en la educación. Y cuando hablamos del sector privado hablamos de los emprendimientos societarios, comunales, religiosos y otros. Es imposible entonces imaginar una reforma educativa sin considerar la variable de la pluralidad y la tolerancia que se hizo evidente durante el gobierno de Castillo.
Es incuestionable que el Estado debe tener el papel rector en la educación. Sin embargo, la sociedad, a través del sector privado y comunal, debe estar empoderado en la gestión de los centros de educación: desde las asociaciones de padres de familia hasta las inversiones privadas.
Ahora bien, el protagonismo del sector privado en el futuro educativo del país no solo proviene de las reflexiones sobre la pluralidad en el sector sino de la propia realidad. Según el estudio Estudio de contribución económica de la educación privada en el Perú, de Apoyo y Consultoría, los montos invertidos por el sector privado en la educación representan el 60% del total del presupuesto del sector. La pregunta que surge es, ¿cómo una sociedad de ingreso medio como el Perú puede incrementar en tal cantidad su presupuesto para la educación? Parece improbable a menos que la quiebra de un Estado no sea tema gravitante.
Y si consideramos que, según el mencionado informe de Apoyo, el 73% de los alumnos de los claustros privados provienen de los sectores C, D y E, el problema se complejiza. El argumento del “lucro” que se suele levantar contra los emprendimientos privados educativos desaparece. Las pensiones son accesibles de manera masiva para los sectores emergentes y populares.
Uno de los resultados más constructivos de la inversión privada en la educación es que permite distribuir recursos a favor de los más pobres y excluidos, siempre y cuando haya una política educativa en ese sentido. ¿Por qué? En la medida que la oferta educativa privada se amplía y las familias deciden pagar por la educación de acuerdo a sus posibilidades, el Estado puede focalizar sus recursos en los sectores menos favorecidos. Una clara política redistributiva en la educación.
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