Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
Una terrible y devastadora noticia es que no se haya alcanzado la mayoría suficiente en el Congreso para derogar el DS 009-2022, el decreto que modifica el sistema de elección de los directivos de la Derrama Magisterial con el objeto de facilitar el control de este organismo de parte de la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación del Perú (Fenatep), muy vinculado al Sutep-Conare y al Movimiento por la Amnistía de Derechos Fundamentales.
Devastadora noticia porque algunos padres de la patria relativizan el hecho de que una organización vinculada al maoísmo pueda llegar a controlar recursos de cerca de S/ 4,000 millones de la Derrama, una entidad previsional de los maestros que se maneja técnicamente y es controlada y supervisada por la Superintendencia de Banca. ¿Por qué existe el temor? Porque la intervención de la Derrama es absolutamente inconstitucional: se trata de una entidad de derecho privado. Y, de otro lado, el Ministerio de Educación (Minedu) se convierte en la entidad rectora del proceso eleccionario.
La reconocida periodista Mariella Balbi, acaba de denunciar en el diario Expreso, que el titular del Minedu, Rosendo Serna, prácticamente cogobierna el sector con el Fenatep. Firma actas y llega acuerdos con el sindicato magisterial de orientación maoísta. Una de las expresiones de ese cogobierno es la práctica destrucción de la carrera pública magisterial, una política de Estado de más de una década y media –a través de varios gobiernos– y que ha permitido que el 55% de los maestros de la escuela pública –de un total de más de 370,000 docentes– haya sido nombrado y promovido en base a la meritocracia.
Asimismo, el Fenatep se ha propuesto controlar a los directores de colegio. Por ejemplo, el 2014 se nombró a 20,000 directores de colegios por concurso, quienes luego fueron ratificados el 2018. Sin embargo, mediante dos resoluciones viceministeriales, el Minedu ahora está facultado a “encargar” las plazas de los directores con tiempo vencido y luego convocar a un concurso. ¿De dónde salen las figuras de “encargaturas” de directores que eran nombrados y ratificados mediante concursos?
Pero eso no es todo. El Fenatep –es decir, el sindicato magisterial que se opone a la ley de carrera pública magisterial y prioriza la estabilidad laboral del docente sobre la calidad de enseñanza en las escuelas pobres– también se ha propuesto intervenir en la reforma del currículo escolar, según uno de los acuerdos entre el Minedu y el Fenatep.
En otras palabras, maestros y currículo con claras influencias marxistas y maoístas en el futuro de la escuela pública. ¿Por qué las corrientes marxistas, maoístas y progresistas tienen la obsesión de construir relatos e ideologías oficiales en la escuela pública? A nuestro entender es la natural expresión de la naturaleza totalitaria de estos proyectos que buscan que la escuela pública se convierta en el taller de narrativas oficiales para adoctrinar a las generaciones del mañana.
Hasta hoy habíamos conocido el intento de las corrientes progresistas de construir ideologías oficiales alrededor de los temas de género y de revisar la historia para adoctrinar a los niños contra las tradiciones republicanas (por ejemplo, Velasco convertido en héroe nacional), al margen de las realidades plurales y diferentes de la sociedad. Hoy, no sería extraño que en el currículo la heroicidad de un Velasco o un Hugo Blanco sea reemplazada por la figura de Abimael Guzmán.
Los padres de familia que siempre marchan en defensa de la educación de sus hijos, entonces, están advertidos.
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