Desde las reformas económicas de los noventa, la Consti...
El Consejo Nacional de Educación (CNE) se pronunció en contra del proyecto del dictamen –sobre la base de diversas iniciativas– que propone reincorporar a más de 14,000 docentes que salieron de la Carrera Pública Magisterial en el 2014, ya sea por haber desaprobado o por no haber rendido la evaluación de ingreso a la carrera meritocrática. Luis Lescano, presidente del CNE, en entrevista radial, señaló que con este tipo de iniciativas se daña el futuro de los estudiantes. “Se trata de maestros que han estado fuera de la carrera magisterial y que carecen de los requisitos académicos para ejercer la docencia”, agregó.
De esta manera, en contra de cualquier pronóstico, el Congreso se pone de espaldas al país y de los padres de familia –sobre todo de los sectores más pobres– al priorizar las demandas sindicales de los docentes antes que el futuro de las nuevas generaciones. Un hecho devastador que agrava la situación del Legislativo. Vale anotar que la aprobación del mencionado dictamen obligó a renunciar a la ministra de Educación, Magnet Márquez. El sindicalismo mediocre entonces sigue derribando buenos ministros.
Recordemos que, igualmente, el Consejo Nacional de Educación, se pronunció en contra del proyecto de ley 1587, que establece el nombramiento automático de los profesores contratados por más de tres años. El presidente de la Comisión de Educación, José Balcázar, se pronunció a favor de la insistencia legislativa de la mencionada iniciativa.
Es evidente, pues, que el mismo Congreso que detuvo el proyecto de la asamblea constituyente del eje bolivariano y que enfrentó el golpe fallido de Pedro Castillo, hoy parece retroceder frente al sindicalismo magisterial del Frente Nacional de Trabajadores de la Educación Peruana (Fenatep, promovido por el Gobierno de Castillo), cuya plataforma principal es el fin de la Carrera Pública Magisterial y el nombramiento automático de los docentes. En otras palabras, el Legislativo comienza a destruir una política de Estado que se ha mantenido en las últimas dos décadas a través de los últimos cuatro gobiernos.
De un total de 400,000 maestros en el país más de 220,000 ya forman parte de la Carrera Pública Magisterial. Si los dos proyectos cuestionados por el Consejo Nacional de Educación prosperan se afectará la carrera meritocrática de cerca del 60% del magisterio. Por ejemplo, hoy cerca de 130,000 profesores contratados están a la espera de las evaluaciones descentralizadas para incorporarse a la carrera meritocrática. Los señalados maestros aprobaron los exámenes escritos y esperan las evaluaciones de clases magistrales y el análisis de sus hojas de vida, con el objeto de cubrir las 100,000 plazas disponibles de la primera escala de la carrera magisterial. Si se avanza en estos objetivos alrededor de 80,000 docentes seguirán en calidad de contratados, en tanto que el 80% del magisterio formará parte de la carrera pública magisterial. En este contexto, es absolutamente lamentable la renuncia de la ex titular del Minedu porque era evidente que, en el sector educativo, se estaba pisando el acelerador de la reforma meritocrática.
Asimismo, vale anotar que los dos proyectos cuestionados por el Consejo Nacional de Educación representan una amenaza al concurso para acceder a la octava escala de la carrera meritocrática, en el que participan más de 40,000 profesores. Igualmente se pone en riesgo el concurso para cargos directivos de escuela en el que participan más de 30,000 profesores.
Cuando había fallado el golpe inconstitucional de Pedro Castillo, cuando se había rechazado el proyecto de la asamblea constituyente, el Fenatep y las corrientes maoístas, que proponen el nombramiento indiscriminado de docentes para convertir a la escuela pública en centro de adoctrinamiento marxista –sin considerar el futuro de los niños pobres–, parecen imponerse en el Congreso y en las políticas educativas.
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