CNE: se crean 20 universidades públicas sin criterios técnicos

El Consejo Nacional de Educación (CNE), organismo autónomo y consultivo del Ministerio de Educación (Minedu), se pronunció en contra de la reciente creación de 20 universidades públicas de parte del Congreso de la República, una cantidad que sumada a las anteriores arroja 40 universidades públicas recién creadas. Para entender el despropósito de estas decisiones de la mayoría se bancadas del Legislativo vale recordar que antes del proceso de licenciamiento de las universidades en el Perú –que demandó varios años– existían 144 claustros. Después del licenciamiento quedaron 98, de las cuales la mitad eran públicas y la mitad privadas. En otras palabras, se retiraron del sistema universitario 46 claustros.

Sin embargo, el Legislativo de un solo plumazo, como se suele decir, crea 40 universidades y plantea enormes interrogantes sobre el futuro de la reforma universitaria en el Perú. El CNE asevera que las señaladas universidades creadas por el Legislativo “nacen sin presupuesto público y sin estudio técnico sobre las ofertas educativa y profesional, y el mercado laboral en cada una de las regiones”. Otro de los graves problemas que crean estas decisiones anti técnicas del Legislativo señalado por el Consejo Nacional de Educación es que las universidades públicas actuales no tienen el suficiente presupuesto para mantener o cumplir las Condiciones Básicas de Calidad, tal como lo indica el Minedu en el informe N° 00086-2021-Minedu-VMGP-Digesu-Dipoda. En ese sentido, el CNE propone que se creen filiales de universidades en donde se incremente la demanda por educación superior universitaria.

Por otro lado, vale señalar que la mayoría de universidades privadas de calidad (todas licenciadas), ya sea asociativas o societarias, también se han manifestado en contra de la creación indiscriminada de universidades públicas revelando que ha surgido un bloque pro calidad de universidades públicas, asociativas y societarias, algo que no parecía posible antes del proceso de licenciamiento iniciado varios años atrás.

Es evidente, pues, que la demagogia y el populismo se ha desbocado en la mayoría de las bancadas del Legislativo con la cercanía de las elecciones nacionales. Todos corren a crear universidades con el objeto de ganar adherencias electorales en distritos, provincias y regiones creando una ilusión, un espejismo, porque las universidades sin calidad no resuelven el problema de las relaciones entre educación y trabajo.

Y uno de los hechos más graves: se destruyen los avances reformistas que se desarrollan en las universidades públicas. Por ejemplo, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos antes de que se permitiera la inversión privada en el sector educación en los años noventa tenía alrededor de 45,000 estudiantes. En ese entonces la universidad pública atendía a dos tercios de la matrícula universitaria y la universidad privada un tercio. Después que se habilitó la inversión privada, los claustros privados hoy atienden dos tercios de la matrícula y la universidad pública un tercio. De otro lado, San Marcos sigue manteniendo alrededor de 45,000 estudiantes, pero en las últimas décadas el presupuesto universitario se ha multiplicado varias veces.

¿Qué significa este proceso? Que San Marcos ha multiplicado sus presupuestos y sus posibilidades de reformas manteniendo el mismo número de alumnos de las últimas décadas. Una situación que le permite convocar –mediante rigurosos sistemas de ingreso– a los alumnos más calificados de los sectores más pobres y desarrollar reformas. De esta manera la universidad pública se convierte en un sistema de redistribución de oportunidades para los sectores más excluidos.

Todo este proceso cambiará para mal con la creación de 40 nuevas universidades públicas que le arrancharán el presupuesto a las universidades públicas de calidad que desarrollan reformas.

El error del Congreso es extremadamente grave.