Durante los años cincuenta y sesenta las izquierdas com...
En un oficio dirigido al presidente Francisco Sagasti (N° 0035-2021-APN-PD-UAJ) el máximo ejecutivo del directorio de la estatal Autoridad Portuaria Nacional (APN), Édgar Patiño, ha solicitado al Ejecutivo que autorice a las empresas del sector logístico la adquisición de vacunas contra el Covid-19 para que puedan inmunizar a más de 30,000 trabajadores, de acuerdo a cifras que manejan los operadores portuarios.
El pedido del director de APN abunda en argumentaciones y ha sido ampliamente respaldado por el sector privado; la principal es que, según indica la Asociación Peruana de Operadores Portuarios (ASPPOR), “si se paran los puertos, se para el país”. En ese sentido, en el sector portuario la única posibilidad frente al completo fracaso del estado en la contención del Covid (debido a las las absurdas anteojeras ideológicas del Ejecutivo) es que las empresas compren las vacunas y las distribuyan, de manera gratuita, para salvaguardar la vida de los transportistas, obreros portuarios, empleados de las agencias aduaneras, técnicos y mecánicos.
Al pedido del propio funcionario del APN se suman todas empresas agrupadas en gremios –como el caso particular de la Asociación Peruana de Operadores Portuarios (Asppor)– que también solicitan al Ejecutivo que se autorice la importación y la distribución de vacunas. Todas estas demandas revelan el riesgo de parálisis que enfrentan las exportaciones peruanas.
¿Cómo entender que tanto funcionarios públicos como el sector logístico privado hagan este pedido al Ejecutivo y que hasta hoy no hayan sido escuchados? Desde este medio creemos que esa terquedad se debe a la innegable carga ideológica estatalista e igualitarista en el Ejecutivo. Si esa ideología no fuera dominante entre nuestras autoridades, se abrirían las puertas para que el sector privado pueda encargarse de la vacunación de forma gratuita.
Pero no solo el sector logístico exige que le permitan importar las vacunas, en el sector minero la posición es la misma. Las empresas mineras, a pesar de todos los rigurosos protocolos sanitarios, necesitan vacunar a todos sus colaboradores para evitar cualquier propagación de la enfermedad, que pondría peligro la vida de estos y también las operaciones de estas empresas.
El sector privado ha participado activamente en la dotación de plantas de oxígeno medicinal y la donación de equipos de todo tipo; por eso es muy importante que esté junto al Estado en la importación de vacunas. Para ello es necesario que el Congreso avance en la aprobación de una normativa que permita regular la importación de la vacuna, algo que resulta imposible sin la colaboración de la administración Sagasti.
Volviendo al tema del principio, el sector privado logístico, de no administrar la vacuna a todos sus trabajadores perderá la competitividad que ha ganado en los últimos años, y con ello se ponen en riesgo todos los productos que exportamos. Sobre todo la agroexportación y la minería, que son los puntales económicos que han impedido que este país caiga aún más como consecuencia de la crisis generada por la pandemia.
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