En medio de la guerra comercial que se ha desatado en el plane...
Han trascendido algunos lineamientos de la reforma del sistema de pensiones que habría elaborado la Comisión de Protección Social, nombrada por el Ejecutivo con el objetivo de presentar una propuesta al país. Según esas versiones hay cosas para celebrar, pero también enormes interrogantes y preocupaciones.
Uno de los aspectos a celebrar es que el concepto de reforma se basa en el sistema de cuentas individuales o cuentas de capitalización que, actualmente, administran las AFP, y se descarta el sistema de reparto o sistema estatal de la Oficina Nacional Previsional (ONP). En este contexto, la ONP desaparecería con el objetivo de crear un sistema previsional único en el mediano plazo.
Como lo hemos sostenido en este portal, es imposible imaginar una reforma del sistema de pensiones al margen de las cuentas de capitalización individual porque el sistema de reparto se fundamenta en sociedades previas al actual nivel de desarrollo, en las que los trabajadores activos que aportan al fondo común —con el que se pagan las pensiones—son una mayoría frente a los jubilados. Hoy la tendencia es que aumente el número de jubilados —por los avances del sistema de salud y el incremento del bienestar—, frente a una evidente disminución de los trabajadores activos que aportan al fondo común del sistema de reparto.
Sin embargo entre los trascendidos sobre las recomendaciones de la Comisión de Protección Social estaría la posibilidad de que todo el proceso de recaudación y administración de los aportes de los trabajadores se centralice en una organización estatal con el objeto de ahorrar costos y disminuir las comisiones que las AFP cobran por administrar las cuentas individuales. Si las cosas enrumbaran en ese sentido, estaríamos ante un incomprensible reflejo estatista frente a la crisis del sistema previsional. Una propuesta que no solo dibujaría enormes interrogantes en el sistema de pensiones, sino sobre todo en el modelo económico en general.
Antes una precisión: ningún defensor de la economía de mercado puede plantear que las comisiones cobradas por las AFP no se racionalicen, pero la única manera de hacerlo es promoviendo más competencia y el ingreso de más actores a la oferta previsional. No hay otra. De ninguna manera se puede sucumbir a la tentación de crear un organismo centralizador desde el Estado para racionalizar los recursos.
No se trata de una simple especulación. Junto a los trascendidos de las recomendaciones de la Comisión de Protección Social, Carlos Puga, gerente general de la ONP, acaba de señalar en una entrevista que “en la propuesta de reforma previsional se buscaría reducir los costos de la administración previsional mediante la centralización de la recaudación de los aportes y el proceso de pensionamiento”. En la misma entrevista, Puga llega a sostener lo siguiente: “Personalmente creo que la Sunat, a diferencia de otros tipos de institución, ‘tiene los dientes’. El poder coactivo que posee, para que se le den a una organización privada, como las AFP, tiene que pasar por el Poder Judicial, y eso puede tardar de dos a cuatro años”.
Más claro no cantan los gallos. Si bien Puga no necesariamente refleja las recomendaciones de la Comisión de Protección Social, los criterios que maneja pueden poner los pelos de punta a cualquiera que se proponga superar el sistema estatal de reparto que ha condenado a la mayoría de peruanos a quedarse sin pensión. En todo caso, el deber del Ejecutivo es presentar cuanto antes las recomendaciones de la Comisión de Protección Social y abrir el debate a la sociedad.
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