En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
Ni bien se desató la pandemia, el Ejecutivo y el Congreso comenzaron una loca carrera para demostrar qué entidad era más dadivosa con las cuentas individuales de los aportantes a las AFP. El Ejecutivo aprobó varios retiros hasta que el Congreso sancionó el retiro del 25% de las cuentas individuales, hasta por S/ 12,000. Ahora la comisión de Economía del Congreso acaba de aprobar un nuevo retiro de las AFP, hasta por S/ 12,000para los trabajadores que dejaron de aportar en los últimos doce meses. Semejantes desembolsos podrían significar hasta S/ 14,5000 millones menos en los fondos del sistema privado de pensiones.
En otras palabras, sigue la descapitalización del sistema privado de pensiones, que significará menos valor de las acciones y, por lo tanto, una caída general de las cuentas individuales de los aportantes que continúan en el modelo de las AFP. Una medida irresponsable y populista que juega con la desesperación de la gente, pero que sacrifica el futuro de miles de peruanos y del sistema privado de pensiones.
Todos estos retiros promovidos por los demagogos destruirán el sistema privado que había logrado hasta incrementar en tres veces los aportes de los trabajadores. Por ejemplo, por cada S/ 100 que existen en las cuentas individuales de las AFP, apenas S/ 35 es aporte del trabajador. Los S/ 65 restantes provienen de la rentabilidad de las inversiones de las AFP.
Pero no solo se afectará el futuro de los actuales aportantes, sino que se pretende liquidar el ahorro privado más grande de nuestra historia. El fondo del sistema privado hasta abril de este año sumaba S/ 154,000 millones; es decir, una suma superior al 20% del PBI de entonces. ¿Cómo se logró tanta rentabilidad en las AFP? Mediante un sistema de capitalismo popular, a través inversiones en fondos de inversiones, obras gubernamentales e instituciones financieras, entre otros rubros. Estos círculos virtuosos pretenden ser destruidos por el populismo del Congreso.
De otro lado, en la llamada Comisión de Protección Social del Legislativo se está elaborando una propuesta que liquidará el sistema privado de pensiones; y que, de una u otra manera, nos devolverá al predominio del sistema estatal de pensiones, en el que los políticos serán quienes definan el destino de los aportes a las cuentas individuales. ¿Cuál es la propuesta que se cocina en esta entidad? Se plantea que los aportes individuales del sistema privado se distribuyan en dos fondos: Fondo de Riesgo Compartido y Fondo Individual. El primer fondo es un sistema de reparto light (el modelo estatal y colectivista) que busca “compensar” a quienes aportan menos a las cuentas individuales. Es decir, sigue siendo una “solidaridad entre los miembros del club de formales”.
Si consideramos que la informalidad laboral supera el 70% en el país, la pregunta que emerge es ¿por qué los congresistas no plantean una línea de reforma para resolver el terrible drama de dos tercios del Perú que no tienen sistema previsional? La respuesta es simple: por la irresponsabilidad que caracteriza a todo populista. Necesitan eludir la responsabilidad del Estado, del Ejecutivo y del Congreso en el fracaso del sistema previsional, y demonizar lo único que funciona: el sistema privado de pensiones.
Introducir un sistema de reparto en el sistema privado de pensiones, en el sistema de cuentas individuales, es trasladarle todos los problemas estructurales e históricos del sistema previsional estatal. En este último sistema los aportantes contribuyen a un fondo común con el que se pagan las pensiones. Sin embargo, a medida que los avances en el sistema de salud prolongan la longevidad, todos los países enfrentan un problema insalvable: mayor número de jubilados que reciben pensiones y menos trabajadores activos que aportan. Ante los descomunales déficits de los sistemas previsionales, los estados suelen financiar los huecos, creándose problemas generales para toda la economía de una sociedad.
De allí la urgencia de crear sistemas previsionales en base a cuentas individuales administradas por las AFP, que invierten el dinero en los mercados y rentabilicen los aportes. Hoy los enemigos de la patria quieren destruir el sistema privado e imponer el sistema estatal con el objetivo de que el Estado y los políticos vuelvan a manejar las pensiones de los trabajadores, tal como sucedía en el pasado. Allí están las obras elefantiásicas construidas para las clientelas políticas.
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