Durante los años cincuenta y sesenta las izquierdas com...
La empresa minera Goldfields acaba de entregar a las autoridades de Cajamarca y a la Unidad Ejecutora de Salud de Bambamarca una planta de oxígeno medicinal que producirá 504 balones de oxígeno a la semana y que permitirá atender a todos los pacientes graves por Covid del corredor vial del centro de la región.
La construcción de esta planta de oxígeno representa una inversión de US$ 330,000. La señalada planta producirá 30 metros cúbicos de oxígeno por hora y posibilitará llenar 72 balones por día y 504 semanalmente.
La donación de la planta de oxígeno se suma a otras muestras de solidaridad de GoldFields a los cajamarquinos: 500,000 pruebas rápidas para el Ministerio de Salud (a través de la Sociedad Nacional de Minería y Petróleo) y la donación de equipos de protección especial e implementación del Hospital Simón Bolívar de Cajamarca con desfibrilador, monitor de 5 parámetros y dos ventiladores mecánicos, entre otros. Asimismo, debe destacarse que GoldFields ayudó a implementar el banco de sangre en el Hospital Tito Villar Cabezas.
Las empresas mineras modernas, entonces, están desarrollando una impresionante movilización solidaria a favor de los pueblos y comunidades cercanas a los proyectos mineros. Por ejemplo, la empresa Newmont también ha donado una planta de oxígeno en la región, que ha posibilitado mejorar la respuesta sanitaria frente a la segunda ola de la pandemia. Asimismo, en Cajabamba la empresa PanAmerican Silver entregó otra moderna planta de oxígeno que ha mejorado las posibilidades de respuesta de la región ante la crisis sanitaria.
Todas estas noticias revelan que las compañías mineras modernas necesitan el bienestar y la prosperidad de su entorno económico y social para seguir creciendo. Sin esa prosperidad, simplemente las inversiones mineras no serían viables. La solidaridad de la minería se comprueba a lo largo y ancho del país. La misma solidaridad, por ejemplo, se puede observar en el sur con los aportes de Southern Perú, Cerro Verde y Antamina, empresas que animan la importación de 1,000 toneladas de oxígeno medicinal desde Chile.
Por todas estas consideraciones es absolutamente incompresible las posiciones de las oenegés de izquierda y los sectores de la izquierda radical, que se oponen abiertamente a que se materialicen nuevas inversiones mineras. Cajamarca, por ejemplo, es la región donde se emplazan los principales proyectos del llamado Cinturón de Cobre del Norte: Conga, La Granja, Galeno, Michiquillay, entre otros.
Si estos proyectos mineros estuviesen en ejecución, Cajamarca no sería una de las regiones más pobres del país, sino que tendría el ingreso per cápita de un país desarrollado, y sus problemas de infraestructuras se resolverían con extrema rapidez. Y, por supuesto, la solidaridad minera que provee oxígeno se multiplicaría a la enésima potencia.
COMENTARIOS