Durante los años cincuenta y sesenta las izquierdas com...
El sábado pasado un grupo de comuneros, azuzados por dirigencias radicalizadas y antimineras, desarrollaron una protesta violenta contra la operación Constancia, concesionaria de Hudbay. El saldo fue más de 10 personas heridas. Aquí le contamos los detalles de lo sucedido.
Cabe indicar que la única explicación para entender esta actitud violentista de parte de algunos sectores son las anteojeras ideológicas, que evitan reconocer los enormes aportes de la minería al desarrollo y bienestar de las comunidades. Dos días antes de la arremetida, el jueves, un grupo de autoridades, líderes provinciales, representantes del Estado y funcionarios de la empresa minera acordaron firmar un Convenio Marco voluntario que es todo un hito histórico, por los más de S/ 11 millones que se entregarán de manera directa –que incluyen S/ 4.5 millones para bonos poscovid-19 a la población– sumados a los S/ 42 millones para el financiamiento de obras por impuestos.
Lo anterior, entonces, no ha sido el detonante porque, como indicamos, la intención de Hudbay es clara: contribuir al desarrollo de Chumbivilcas. ¿Cómo explicar la violencia entonces? Según una nueva asociación de mujeres de Livitaca, se exige que 15 comunidades se integren como parte del área de influencia directa de la operación minera Constancia. Es absolutamente imposible que 15 comunidades sean reconocidas como parte del área de influencia directa porque la normativa minera establece qué áreas pertenecen o no a esta calidad. Si bien Livitaca está integrada y reconocida como parte del área de influencia, pero es de manera indirecta porque Constancia está cerca a la comunidad de Chilloroya que pertenece al distrito en mención.
Las 15 comunidades no pueden ser parte del área de influencia ni directa ni indirecta porque no están cerca a Constancia. La verdad es que estas nuevas asociaciones que reclaman y exigen son cercanas a organizaciones de izquierda locales, y son promovidas por organizaciones no gubernamentales dedicadas a tratar de liquidar la minería moderna en el Corredor Minero.
En varias notas anteriores hemos advertido la planificación de las protestas en el Corredor Minero y en las regiones del sur. Incluso en un reciente evento en Espinar se reunieron varios dirigentes de las provincias altas de Cusco, con el apoyo de organizaciones antimineras, para impulsar y promover un gran paro antes de las elecciones nacionales. Es altamente probable que el paro en las regiones sureñas sea una realidad. Hoy Las Bambas, Antapaccay y otras operaciones se encuentran en completo peligro.
La administración Sagasti no debe permitir que el Corredor Minero del Sur se vuelva un polvorín. La minería es vital para el país; más aún hoy, cuando el cobre ha alcanzado sus máximos históricos en precios y ya se habla de un súper ciclo en los precios del metal rojo. Los antimineros tienen una estrategia para liquidar la minería. Y los peruanos de buena voluntad debemos estar alertas.
Una de las cosas más incomprensibles en los sectores antimineros y radicales es la oposición a una actividad que genera empleo, reduce la pobreza y organiza un mejor futuro para comunidades y poblaciones históricamente marginadas. Esta conducta anti inversión se vuelve extremadamente grave, sobre todo en medio de la recesión y el aumento de pobreza actuales.
COMENTARIOS