En el Perú, hablar de cobre no es solo hablar de miner&...
El ministro de Comercio Exterior y Turismo, Édgar Vásquez, ha confirmado el crecimiento que tuvieron en 2019 las exportaciones no tradicionales, que incluyen las exportaciones agrícolas. Asimismo destacó el 11.6% de crecimiento exportador de Piura, Ica, La Libertad, Lambayeque, Áncash, Ayacucho y Pasco. Además, el incremento de envíos de mandarinas al exterior ha hecho que Perú escale del sexto al segundo lugar como proveedor mundial de esta fruta en 2019. Todo indica que las exportaciones agrarias continúan imparables.
Según la Sociedad de Comercio Exterior del Perú (Comex), la agroindustria es el segundo sector exportador del país; y Estados Unidos, los Países Bajos, España y Reino Unido fueron los principales destinos de nuestros arándanos, paltas y uvas frescas, entre otras 600 frutas y hortalizas. Según la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat), desde hace 10 años las exportaciones crecieron 5.9% en promedio anual.
Son 54 los países –que representan el 80% del Producto Bruto Interno mundial y el 41% de la población mundial– los que participan en los 19 tratados comerciales internacionales suscritos por el con Perú (el próximo es con Australia). El 89% de las exportaciones agrícolas peruanas llega a los mercados internacionales cumpliendo con rigurosidad todos los protocolos fitosanitarios exigidos. Es así como la integración comercial ha contribuido enormemente al desarrollo peruano. Como nunca antes, Perú está presente en el mundo con sus ajos, quinua, espárragos, páprika y más.
El reto de los siguientes años es seguir incorporando a las zonas andina y amazónica al círculo agroexportador. Los programas Agroideas y Sierra y Selva Exportadora, del Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri), promueven ideas de asociatividad entre los pequeños productores agrícolas. Son 2.2 millones de campesinos esperando su oportunidad para salir del abandono. El minifundio organizado –con asistencia técnica, semillas, agua a disposición, mercados y carreteras y puertos de integración– será la gran reforma agraria esperada por años. Gracias a la Ley de Promoción Agraria están surgiendo nuevas clases medias rurales, que dejan atrás la pobreza y el desempleo. La costa agroexportadora es el gran ejemplo; así como el esfuerzo de las pequeñas y medianas empresas (pymes) dedicadas a la producción e industrialización de productos agrarios. Según la Asociación de Exportadores (Adex), el 78% de las empresas agroexportadoras son pymes localizadas principalmente en Piura, Lambayeque, La Libertad e Ica.
Como resultado de los 19 años de vigencia de la Ley de Promoción Agraria (Ley Nº27360), en 2019 se superaron los US$ 7,300 millones de exportaciones agropecuarias. Además, la ley es el modelo idóneo para la gran reforma laboral pendiente en el país. No hay manera de avanzar económicamente con leyes estancadas en el siglo pasado, que obvian la flexibilidad laboral tan necesaria en un mundo competitivo y de innovaciones tecnológicas constantes de los mercados. Hoy, el suministro mundial depende de cadenas de productores insertados en la comunidad global, compitiendo libremente con productos de alta calidad y a los mejores precios en beneficio de los consumidores. Perú ya es parte de esa cadena. La promoción de las inversiones en el campo es la tarea pendiente del Ejecutivo.
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