El pasado 21 de octubre, el abogado y escritor Gary Marroquín M...
Sobre el mayor descubrimiento arqueológico de nuestra historia
El 24 de julio de 1911 el historiador norteamericano Hiram Bingham (1875-1976) descubrió para el mundo a Machu Picchu. Culminaba así una etapa de la historia de esta ciudadela (llamémosla pre-descubrimiento) y se iniciaba otra que todavía no concluye y que ha convertido a Machu Picchu en una de las maravillas del mundo moderno y en uno de los destinos turísticos más atractivos de la actualidad.
Teorías sobre el origen
Hay básicamente dos teorías acerca del origen de la ciudadela. La más antigua y difundida afirma que fue construida por el inca Pachacútec alrededor del año 1450. La idea del inca habría sido emplazar un importante centro ceremonial en las cercanías de la capital del Tawantinsuyo, la ciudad del Cusco. Otra teoría hace responsable de esta construcción al inca Huiracocha (antecesor de Pachacútec), con lo que la ciudadela tendría unos 50 años más de antigüedad.
Independientemente de esto, en lo que sí están de acuerdo todos los historiadores es en que no se trataba de una ciudad secreta. Los valles que rodean a Machu Picchu eran una zona densamente poblada en la época prehispánica, y cerca de la ciudadela había otros “centros urbanos” similares, como Quentemarca y Patallacta. Además, existen varios caminos incaicos que conducían a la ciudadela. Precisamente el hecho de que estos caminos perdieran importancia, ante el desarrollo de otros “ejes viales” (de Ollantaytambo y Vilcasbamba, p.e.), puede ser una explicación del abandono y aparente “olvido” de Machu Picchu. ¿Descubrimiento?
Al parecer, Machu Picchu siempre fue de alguna manera “conocido”. El español Baltazar de Ocampo, a fines del siglo XVI, escribe una crónica sobre una ciudad “ubicada en lo alto de una montaña” compuesta por edificios lujosos y que albergaba un gran “acllahuasi”, precisamente en esa zona. Y en la propia ciudadela se han encontrado testimonios de visitas de peruanos, previas al descubrimiento “oficial”. Esas visitas se habrían realizado entre 1892 y 1904. Y si bien fue gracias a Bingham que Machu Picchu se hizo conocida en todo el mundo, también fue por él que casi todos los objetos arqueológicos ahí hallados fueron enviados a Estados Unidos, para formar parte de la colección Machu Picchu del museo Peabody de la Universidad de Yale. Solo recientemente, en 2007, el Gobierno peruano ha podido repatriar buena parte de esos objetos.
Maravilla mundial
Desde la segunda década del siglo XX Machu Picchu se ha convertido en un verdadero ícono de la cultura americana precolombina. En 1948 se abrió una vía para los turistas que quieran visitar el lugar, y a partir de entonces se convirtió en uno de los más importantes destinos turísticos del mundo. En los años cuarenta Pablo Neruda (1904-1973) escribió el extenso poema “Alturas de Machu Picchu”, que luego pasó a formar parte de su Canto General, una de sus obras más importantes. Y el peruano Martín Adán (1908-1985), le dedicó La mano desasida. Canto a Machu Picchu. Por último, el 7 de julio de 2007, Machu Picchu fue elegida, en una encuesta mundial, como una de las siete Nuevas Maravillas. Esperamos que la Universidad de Yale cumpla con su promesa (realizada ese mismo año) de devolver las piezas arqueológicas que todavía tiene en su poder.
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