Siameses políticamente tóxicos

Como sabemos se llaman siameses a aquellos gemelos cuyos cuerpos permanecen unidos después de nacer. Y políticamente hablando –particularmente después del año 2000– estamos teniendo que elegir la vida o muerte de un país o su gente por un siamesismo político realmente tóxico y destructivo. Me refiero a optar por un llamado fujimorismo o un llamado anti fujimorismo.

Primero, el asunto tuvo un cariz de dictadura versus democracia. Pero luego, cuando la señora K decide fundar lo que hoy se llama Fuerza Popular creyó por conveniente tratar de descafeinar el fujimorismo reemplazando emblemáticas figuras que habían contribuido a la gestión de su señor padre, incorporando rostros y personalidades carentes de la fuerza inercial. Y no se limitó a eso, sino que convirtió la letra inicial de su nombre en el logo del Partido. Con ese descafeinamiento y con una impericia política manifiesta fue fracasando elección tras elección. 

Indudablemente esto generó una ocasión propicia para que todos aquellos que no congeniaban políticamente con el señor Fujimori –y aun cuando proviniesen de distintas ideologías– juntasen voces que manteniendo una supuesta lucha contra el fujimorismo simplemente se fortificaron satanizando cualquier logro del señor Fujimori aprovechándose precisamente de la impericia política de la señora K, hoy convertida en modelo.

Y entonces se alimentó el “No a Keiko”. En hashtags y memes. Con ironías y aun bajezas, es cierto. Siendo la más baja ironía política la de estos mismos supuestos opositores políticos a Fujimori: Volverse electoralmente siameses políticos del movimiento que decían denostar. Los votos antikeikistas dependían solo de la existencia de la señora K.

Sabemos cuál es la coyuntura del país en estos momentos y dónde nos ha llevado –política, ética y económicamente– esta banal estrategia marketera. Que de principios sabe poco pero de ´consensos´ y ganancias mutuas sabe mucho.

Cercanas nuevas elecciones, quién sabe debamos tomar conciencia de que hay necesidad de salir de todos estos siameses tóxicos. Pues de mantenerse esto, ello podría llevar a crear algún otro monstruo redentor que termine por destruir no solo nuestra democracia sino nuestro país.

Quienes con honestidad quieran administrar transitoriamente el país por la vía democrática –a nivel nacional, regional o local– deben ser hombres y mujeres preparados y sin pasados oprobiosos, sean personales o políticos. Gente con valores, principios y méritos. Capaces de ofrecerle al Perú un contrato de fiel compromiso tanto en el respeto a las libertades como en el cumplimiento de obras y servicios con metas, montos y plazos fijos para que la gente toda tenga seguridad, salud, educación y la garantía de una economía sana. 

Por favor, no permitamos que más jóvenes del país tengan que migrar tal y como está ocurriendo crecientemente.