Manuel Gago
Rondas: la fuerza de choque del comunismo
De facto, milicias para someter a la población

Personas uniformadas y con altavoces anuncian el inicio de “batidas” a nivel nacional. Piden a los jóvenes cumplir con “la obligación patriótica de servir a la patria”. ¿Por qué el apuro del gobierno de Pedro Castillo de acuartelar a los jóvenes que no estudian ni trabajan? ¿Acaso para adoctrinarlos? ¿Por qué el apuro de implantar las rondas urbanas y rurales? En Paucarpata, Arequipa, dirigentes de las rondas han comenzado a despachar los reclamos de la población. Veamos.
Los ex presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y Bolivia, Evo Morales, fueron recriminados por Vladimir Cerrón por no haber organizado durante sus gobiernos guardias armadas de la revolución. Exactamente la prioridad del gobierno de Perú Libre. Avanzar cuanto antes en las rondas y reclutamiento de jóvenes con fines políticos. La permanencia en el gobierno y consolidación del poder de Cerrón y Perú Libre dependerán de la represión y soplonería para anular a la oposición. “El socialismo no va de visita, va a quedarse”, sostiene Cerrón.
No es reciente el plan de sometimiento de la población por intermedio de las rondas. Después del paro de profesores de 2017 liderado por Castillo, el ahora presidente intentó sin éxito la inscripción de la Federación Nacional de Trabajadores en la Educación Peruana (Fenate), vinculada al Movadef. Uno de los primeros actos de Castillo como presidente fue el reconocimiento del nuevo sindicato del magisterio.
Así también, Castillo viajó por el país organizando convenciones nacionales de docentes, “cumbres antimineras”, eventos nacionales con el fin de crear un frente marxista para las elecciones de 2021 y rondas campesinas. En El Montonero.pe se ha señalado innumerables veces el propósito subalterno de las rondas: subordinar a las comunidades, jueces, policías, fiscales y a toda autoridad estatal.
Las rondas son las fuerzas de choque del comunismo. En Venezuela, son los “colectivos” conformados por motociclistas armados encargados de mantener a raya a la población. ¡Ay de aquel que, por ejemplo, ose protestar por la falta de alimentos y medicinas! Es flagelado por los guardias de la revolución frente al resto, como escarmiento.
Con el pretexto de la inseguridad ciudadana, Cerrón y Castillo pretenden imponer rondas rurales y urbanas autónomas, paralelas a la autoridad de la Policía Nacional. De facto, al margen de las disposiciones legales, el puesto de presidente de la Confederación Nacional de Rondas Campesinas, Urbanas y Nativas sería similar al ministro del Interior y Director General de la Policía Nacional. Su jefe inmediato será el presidente del Perú y el dueño del partido comunista Perú Libre.
De esta manera, las autoridades encargadas de la seguridad ciudadana estarán pintadas en la pared como los serenazgos locales y juntas vecinales de autodefensa. Las imágenes de ronderos uniformados maltratando a los policías con absoluta impunidad serán una constante. El libreto comunista experimentado es el mismo: milicias armadas dispuestas a defender el gobierno comunista por medio del terror.
Según Víctor Vallejos, presidente de la confederación rondera, 700,000 ronderos del interior del país están listos para asumir supuestas funciones de seguridad ciudadana. ¿Acaso financiados desde las localidades mineras? ¿Por qué, también, el apuro de imponer la denominada “rentabilidad social” en el sector minero, algo anunciado por Castillo el 28 de julio? ¿El plan es exigir a las mineras aportes directos a las municipalidades para ser destinados a las rondas? “No más ricos en un país pobre”. ¿Asalariados con machete y látigo despilfarrando los ingresos de la riqueza natural?
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