Martín Taype
Pobreza golpea sin piedad en el Perú
A casi siete millones de personas

Estando por finalizar la segunda década del siglo XXI, uno de los problemas que aún afligen a los países, especialmente a los subdesarrollados es el de la pobreza y la extrema pobreza. Durante décadas diversos gobiernos ha buscado formas de erradicarla, algunos con mayor éxito que otros. La lucha contra la pobreza también ha sido objeto de múltiples promesas electorales de los candidatos presidenciales, y tema de amplio debate en los ámbitos políticos, académicos, de gremios empresariales y sindicales. Por ello, para efectos de ilustrar este tema voy a tomar como ejemplo el caso peruano.
En el 2018 la pobreza afectó a 6.6 millones de personas en el país –el 20,5% de la población–, cuyos gastos per cápita se ubicaron por debajo de la línea de pobreza (S/ 344.00 por persona mensual), según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) en su reciente publicación “Informe técnico evolución de la pobreza monetaria 2007-2018” y difundidos por el diario El Comercio.
Otros 900,000 fueron afectados por la pobreza extrema –el 2.8% de la población–, al no poder cubrir el costo de la canasta básica de alimentos, que se ubica en S/ 183.00 mensuales per cápita.
La incidencia de la pobreza se acentúa en diversos grupos de edad, y la falta de recursos en estos hogares se asocia a un mayor riesgo de desnutrición, abandono escolar o falta de acceso a servicios médicos, entre otras carencias que los diferencian de los hogares no pobres. Un rasgo distintivo de la pobreza es que afecta principalmente a la población infantil y adolescente, cuyas tasas son mayores que las de los jóvenes o adultos.
Solo el año pasado a pobreza afectó al 30.6% de los niños menores de 5 años, al 29.2% entre 5 y 9 años, al 29.3% de entre 10 y 14 años, y al 22% de los adolescentes de 15 a 19 años de edad. Frente al 2017, se observa una ligera reducción en casi todos estos grupos de edad, situación similar a la de los jóvenes. Sin embargo, en el caso de los adultos de 40 a 44 años y de 45 a 49 años, la incidencia de pobreza creció a 19.8% y 15.7%, respectivamente.
Del total de la población pobre, el 51.4% corresponde a mujeres (más de 3.3 millones) y el 48.6% restante a hombres (poco más de 3.2 millones). Asimismo, el 30.3% de los hogares pobres son conducidos por mujeres mientras que el 69.7% por hombres, según el INEI.
En cuanto a la ubicación, el 46.8% de los pobres vive en la sierra, el 36.7% en la costa y el 16.5% en la selva. En cambio, los pobres extremos se ubican mayoritariamente en la sierra (70.4%), luego en la selva (21.1%) y en la costa (8.5%).
Otra particularidad de la población pobre es el nivel de educación, el cual es bajo en comparación con el de la población no pobre. En el 2018, el 48.7% de los pobres de 15 años y más logró estudiar al menos un año de educación primaria o no tiene algún nivel; esta situación se reduce al 24.3% de la población no pobre.
Sobre el acceso a salud, el 83% de la población pobre cuenta con algún tipo de seguro —que es mayoritariamente el Seguro Integral de Salud (SIS)— frente al 74.8% de los no pobres.
Por lo expuesto y considerando pronósticos de crecimiento del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para el país en 4.2% para este año (con el que discrepo, por considerarlo demasiado optimista, teniendo en consideración el difícil contexto económico y geopolítico externo, y los factores internos como el impacto de los conflictos sociales, la corrupción, la incertidumbre en los precios de los productos mineros, entre otros, y además teniendo en consideración que los programas sociales aportan a disminuir la pobreza pero con un impacto mucho menor en términos porcentuales que el crecimiento económico), estimo que no es posible disminuir la pobreza y la pobreza extrema en el corto y mediano plazo, las cuales golpean sin piedad en el Perú.
Debemos orientarnos al crecimiento. Para ello es imprescindible diversificar nuestras exportaciones y buscar nuevos socios comerciales, sin injerencia política en ello. Los peruanos podemos lograrlo.
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