Pesimismo en los consumidores a nivel nacional

Como es de público conocimiento, nos encontramos en un entorno externo inestable en el ámbito económico y geopolítico. Por eso, hacer negocios es una tarea difícil, llena de retos que se vuelven más complejos si además del entorno externo incierto y cambiante, el entorno interno es inestable. Todo ello influye en las expectativas y el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, tanto locales como extranjeros.

Para efectos prácticos de graficar lo expuesto, veamos el caso actual de las expectativas de confianza de los consumidores, según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por GFK y publicado recientemente por el Diario Gestión. La confianza del consumidor alcanzó los 96 puntos en el pasado mes de mayo del año en curso (menos de 100 puntos se considera pesimista). Mientras en Lima la confianza alcanzó los 99 puntos, en el interior del país la situación es más desalentadora. En mayo, el ICC en las provincias alcanzó los 92 puntos, ubicándose por más de diez meses en zona negativa. 

La confianza del consumidor en el centro registró la caída más profunda en mayo con respecto al mes anterior, pasando de 93 a 87 puntos. Mientras que, en el norte y sur del país, el ICC se mantuvo por debajo de los 100 puntos, con caídas de 96 a 90 puntos y 94 a 88 puntos. Solo en el oriente del país la confianza registró 104 puntos, manteniéndose en el mismo nivel que en abril. 

La confianza entre los más jóvenes, de 18 a 24 años, se mantiene optimista con 105 puntos. Por el contrario, los consumidores de más edad se ubicaron en zona negativa; los de 25 a 39 años alcanzaron los 97 puntos, siendo los de 40 años a más los más pesimistas, con 87 puntos. 

En base a los resultados del estudio realizado por GFK, podemos apreciar que la confianza de los consumidores en nuestro país sigue derrumbándose a entender de muchos ciudadanos, debido a la inestabilidad política interna. Sin embargo, considero que el problema es más estructural. Es la percepción de los ciudadanos de que aún no se están logrando avances relevantes en la lucha contra los tres grandes problemas de nuestro país: la corrupción, la inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas.

En tal sentido, mientras no se perciba que el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial enfrentan con firmeza, transparencia y adecuadas estrategias los tres grandes problemas indicados, no se podrá influir positivamente en las expectativas de los consumidores e inversionistas en el corto, mediano o largo plazo. Los peruanos queremos un Gobierno que brinde una solución objetiva, real y sostenible en el tiempo a estos problemas, tomando las acciones que correspondan y teniendo para ello en consideración el desenvolvimiento del inestable entorno económico y geopolítico externo.