Eduardo Zapata
Perú: ¿sin título?
Cuando un hecho deviene en comunicación política

La opinión pública se trabaja a partir de hechos y públicos objetivos. Se trabaja profesionalmente. Y cuando hoy se empieza a hablar del Perú como ´Estado fallido´, el país se desdibuja y se termina abdicando finalmente de la soberanía individual y nacional. Individuos y colectivos pierden títulos de propiedad sobre destinos.
Unos días en Washington D.C. con amigos. Amigos del análisis y de la comunicación política. Y una experiencia compartida. Que revela la gravedad que entraña para un país la incomunicación externa e interna.
Habíamos llevado videos de la violencia suscitada en los últimos tiempos. La violencia de la que todos hemos sido testigos a través de los medios de comunicación social. Aquella violencia que ha llevado –según el decir de Hernando de Soto– a que nos miren desde fuera incluso ´como basura´.
Blancos citadinos y las fuerzas de la represión. El campesino. El racismo. La desigualdad y la pobreza. El hecho histórico y sus ristras. El hecho histórico y acaso las conciencias de culpa presentes en muchos países desarrollados. La conveniencia políticamente correcta entre prejuicios, intereses y la sociedad del espectáculo.
El ejercicio en Washington fue simple. Consistió en mantener los videos originales y la violencia registrada en ellos pero cambiando rostros y colores de personajes y cambiando locaciones. Un amigo muy amigo y experto en saberes digitales lo hizo. Los mismos hechos de violencia pero esta vez ocurrentes allá y actuados por personas de allá. ¿El resultado? Lo que inicialmente era una violencia hasta ´justificada´ pasaba a ser algo inadmisible e incluso inimaginable para los receptores. De ocurrir algo similar serían incuantificables las víctimas del accionar policial. Terrorismo puro y duro, se señalaba. Más de uno pensó en lo que ocurriría con un avión en emergencia –de bandera internacional, ajeno a los problemas del Perú y con pasajeros no peruanos– si no podía aterrizar en un aeropuerto permanentemente asediado. Delito internacional, sin ambages.
Un hecho político deviene en comunicación política –y no solo en noticia aislada– cuando un trabajo profesional vincula ese hecho con intencionalidades claras, públicos objetivos y resultados. Y la comunicación habrá de saber de toda una estrategia donde la propuesta política sea difundida oportunamente entre grupos de interés. Y esto es válido tanto para la comunicación política externa como para la interna.
¿El gobierno del Perú está profesionalmente haciendo algo en atención a lo dicho? Otros –lo sabemos todos– sí lo están haciendo. Y al parecer la inopia nos invade a tal punto que algunos creen que el título de propiedad del Perú les pertenece por herencia, mientras otros parecen creer que les pertenece por arrebato.
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