Martín Taype
Importan los resultados, no la popularidad
Sobre las caída del presidente en las últimas encuestas

Habitualmente un motivo de preocupación y de análisis de muchos políticos y diversos medios de prensa es la popularidad del presidente de la República. Sin embargo, considero que este tema no es relevante para el país, como sí lo son la solución de los principales problemas que afectan a la población; y también a los inversionistas, tanto locales como extranjeros, dado que estos no se limitan a las oportunidades de negocios que se le presentan en una economía con fundamentos macroeconómicos estables. Para sus decisiones empresariales, los inversionistas también toman en cuenta factores como la estabilidad jurídica de un país, los conflictos sociales, la corrupción y la inseguridad ciudadana, entre otros, además de los factores económicos y geopolíticos externos.
Según una reciente encuesta nacional de Pulso Perú –elaborada entre el 30 de agosto y el 2 de septiembre del año en curso, y difundida recientemente por el diario Gestión–, la popularidad del mandatario, Martín Vizcarra Cornejo, reveló un descenso de ocho puntos porcentuales. Pasó de 60% a 52%. Incluso este respaldo es menor al 55% que ostentaba antes de su mensaje de Fiestas Patrias en el parlamento.
La aprobación del jefe de Estado retrocedió en todas las regiones, con excepción del sur, donde se elevó de 33% a 40%, pese al ambiente de protestas que se vive en esa zona. Las mayores caídas se dieron en el centro, donde pasó de 79% de respaldo (el más alto de todo el Perú en agosto) a un 53%; así como en el oriente, donde descendió 24 puntos al pasar de 70% a 46%. La desaprobación del mandatario se elevó de 35% a 41%, aunque en el norte alcanza el 42%, nueve puntos más que el mes pasado.
Con respecto a los estratos sociales, la aprobación del mandatario bajó en todos, menos en el A/B, donde se elevó de 68% a 71%. La mayor caída se registró en el nivel D, donde pasó de 56.9% a 47%, y en el C, con una caída de 61.3% a 56%. El mayor nivel de rechazo a la labor de Vizcarra se da en el segmento D, donde su desaprobación se elevó de 38% a 45%; y en el E, donde creció de 39.1% a 45%.
Estos resultados considero que son fruto de la percepción de la población de que la gestión del presidente Martín Vizcarra no está aún logrando los resultados esperados para combatir los principales problemas del país, como son la corrupción, la inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. Tampoco percibo señales de cambios estructurales en muchas de las entidades del Estado. La población y los inversionistas quieren resultados concretos, no bastan buenas intenciones.
En tal sentido, mientras no se perciba que el presidente Martín Vizcarra enfrenta con firmeza y transparencia a la corrupción, que enfrenta con estrategias adecuadas y efectivas a la inseguridad ciudadana. Es necesaria la promulgación de la Doctrina del Castillo (que exime de pena a todo ciudadano honesto que use la fuerza, incluida la letal, para defenderse de una amenaza o agresión deshonesta dentro de los linderos de su domicilio o en su legítima propiedad) en nuestro país; y también realizar cambios estructurales en muchas de las entidades del Estado, con ajustes no solo en los procesos, sino también en el recurso humano a todo nivel, empezando por el directivo.
Mientras no se hagan esos cambios, considero que la caída del nivel de aprobación de Martín Vizcarra puede continuar en lo que resta del año. Esto influirá negativamente en los inversionistas, tanto locales como extranjeros, afectando el clima de negocios en el país. Pero tengamos siempre presente que lo más importante son los resultados, no una efímera popularidad.
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