Ideología a la fuerza

Esta última semana, una fuerte polémica cundió en el Congreso de la República, fomentada por la congresista caviar Susel Paredes quien, fiel al estilo neocomunista, pretende no solo imponer una agenda, sino una ideología progresista que contraviene el orden natural de las cosas y de la vida misma.

El Congreso nuevamente aparece en el ojo el huracán, luego de que la legisladora que llegó a su curul de la mano de nefasto Partido Morado, invitara a personas varones que se sienten mujeres por el día internacional de la visibilidad transgénero; pero eso precisamente no fue el problema. El tema se desarrolló más en los actos de uno de estos sujetos que, de manera beligerante, ingresó a los servicios higiénicos que son de uso exclusivo para mujeres que laboran y se encuentran en el Parlamento.

Evidentemente, este hecho generó indignación en las personas que trabajan en el Congreso, así como también en los mismos legisladores, que exigen que hechos como estos no vuelvan a suceder. Sin embargo, Paredes, intentando nuevamente meter a la fuerza su idea progresista altamente equivocada, dijo que sí ocurrirá un hecho similar, pero que esta vez se cerciorará de que su invitado cierre la puerta.

De todas maneras, estas declaraciones de Paredes representan la ignorancia a las buenas costumbres y a lo natural de las cosas, exponiendo así no solo a las mujeres que trabajan en el Congreso, sino a las niñas que acuden al Poder Legislativo en excursiones escolares para conocer las instalaciones de lo que debería de ser una de las instituciones más respetadas del Estado.

¿Hasta cuándo vamos a permitir que esta clase de legisladores impongan de manera ligera y absurda sus ideologías que, en lugar de generar productividad en nuestro país, generan división y polémicas absurdas sobre un tema que no es ni siquiera importante para nuestra realidad?

Lo más absurdo de todo esto es que el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, está evaluando la creación de un baño neutro en el Legislativo, algo que no solo contradice la naturaleza biológica del ser humano, sino que también le costaría dinero al Estado, porque demanda la reestructuración de una parte del Parlamento, además de la compra de nuevos inodoros y demás artículos para la construcción de estos nuevos servicios higiénicos.

¿Por qué, en lugar de cumplirles el capricho a los caviares, no usan ese dinero que se pretende invertir en la mejora de los colegios y hospitales en el Perú? Eso es lo que verdaderamente importa, no hacer sentir mujer a alguien que biológicamente es hombre y viceversa. El Perú tiene temas más urgentes que tratar, más que hacer visibles a una comunidad que se siente invisible porque no se les reconoce por cómo quieren que se les reconozca. Lo claro de todo esto es, que se les reconoce como ciudadanos y eso es lo único que interesa; lo demás ya es puro capricho.