Martín Taype
Expectativas empresariales se mantienen pesimistas
Según encuesta publicada por el Banco Central de Reserva

De acuerdo a la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicadas en su Nota de Estudios N° 65, del 7 de septiembre del presente año, los principales indicadores de las expectativas empresariales se mantienen en terreno pesimista (índice menor a 50). Así tenemos que el índice de la economía a 3 meses se ubica en 44.1 puntos, el índice del sector a 3 meses se ubica en 46.8 puntos, el índice de contratación de personal a 3 meses se ubica en 47.1 puntos y el índice de inversión de su empresa a 3 meses se ubica en 47.3 puntos.
Recordemos algunos conceptos básicos. Entendemos como expectativas empresariales a las previsiones que los agentes económicos –como las familias, las empresas y el Estado–, efectúan con respecto al futuro de las variables económicas que son relevantes a la hora de pronosticar el rumbo que tendrá la economía de una nación o zona geográfica. Para ello toman en consideración, además de datos estadísticos históricos, el análisis del posible comportamiento futuro de las políticas de gestión en una economía y el comportamiento del mercado a nivel nacional como internacional. Entre las principales variables en una economía podemos destacar, el Producto Bruto Interno (PBI), la inflación, la tasa de desempleo, el tipo de cambio, los cuales influyen en la inversión y el consumo.
Los resultados de la citada encuesta no sorprenden. Era evidente que las expectativas empresariales se mantienen pesimistas debido a la incertidumbre existente sobre el rumbo político y económico del país, dada la percepción de inestabilidad en los poderes del Estado para enfrentar eficaz y eficientemente los problemas ya conocidos de nuestro contexto interno. Y también del manejo del Gobierno ante el impacto económico del fenómeno de El Niño Global.
Tenemos que ser conscientes de que el mundo ya cambió. Nos encontramos en un mundo multipolar en el ámbito económico y geopolítico, donde se consolidan bloques económicos y militares antagónicos entre sí, por lo que lo inteligente es mantener una política de Estado exterior neutral ante los conflictos entre estos bloques, a fin promover las inversiones del exterior de cualquier nación en nuestro país.
Y en el ámbito interno, no debemos olvidar el papel promotor del Estado hacia el sector privado, apoyando los emprendimientos, especialmente de las micro y pequeñas empresas (mypes), que son los mayores generadores de empleo en el país. Y también a los grandes proyectos de inversión dado su efecto multiplicador en la economía, promoviendo la responsabilidad social, el respeto al medio ambiente y los derechos laborales, a fin de evitar conflictos sociales y laborales.
En tal sentido, a fin de generar un clima de confianza que cambie la tendencia pesimista en las expectativas empresariales, no basta mantener una estabilidad macroeconómica y tener una política monetaria autónoma, se requiere estabilidad política. Para ello los poderes del Estado deben, dentro del marco constitucional, enfrentar los problemas de nuestro contexto interno convocando a un diálogo con diversos sectores de nuestra sociedad, para que aporten soluciones técnicas en diversas materias. Y ser proactivos ante el adverso contexto económico y geopolítico externo que impacta en nuestro país.
Nota del autor: Este artículo lo dedico a la Memoria de mis queridos tío Rafael Mendoza Urbina y abuela Felicitas Niño de Guzmán Salguero, quienes en este mes de octubre 01/10/2011 y 02/10/1997 respectivamente, partieron a la casa de nuestro Señor. Estoy eternamente agradecido tío Rafo y mamá Feli por vuestro cariño y sabias enseñanzas.
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