En octubre ¿hay milagros?

Jugando con el título de Reynoso, no pretendo escribir sobre el destino de nuestra selección de fútbol. Una alegría de carácter nacional nos hace falta, pero no es lo que necesitamos para marcar el futuro del país. En estos días en que el gabinete Aráoz se inaugura, volvemos a tener el ambiente distendido, con los ofrecimientos de trabajo armonioso, las reuniones de coordinación con las bancadas y la probabilidad del indulto rondando la especulación pública. ¿Será posible un trabajo más armonioso entre Ejecutivo y Legislativo?

El fujimorismo ha mostrado una violencia verbal, que busca hacerse notar en los medios de comunicación que hacen rating con el escándalo. Para estos medios, la política es una variable del mismo producto que ofrecen en espectáculos o deportes. Entonces, si el intermediario te exige cierto tipo de producto, eso es lo que aprenden a ofrecer los congresistas.

A ello hay que añadir que Fuerza Popular ha identificado su papel de oposición con el de cuestionador, con el de crítico del Gobierno, en lugar de entenderlo como alternativa. En cualquier democracia el grupo con mayoría opositora busca convertirse en alternativa de Gobierno, suelen conformar “gabinetes en la sombra” y buscan demostrar que sus propuestas son mejores que la de quien gobierna. En Fuerza Popular se satisfacen en demostrar que el Gobierno está equivocado y, como sucedió en la huelga magisterial, reiteran que la obligación de resolver los problemas es del Ejecutivo y no del Legislativo. Craso error que muestra su simpleza conceptual cuando de equilibrio de poderes se habla.

Fuerza Popular deberá moderar sus prácticas parlamentarias. Un discurso violento los muestra intolerantes, irreflexivos y prepotentes. Una actitud limitada a cuestionar y no a proponer los convierte en superficiales e irresponsables. En ello se puede notar la baja aprobación del Congreso: protagonismo superficial, pero nada notorio en lo de fondo. ¿Tendremos un cambio en el fujimorismo parlamentario?

En el Ejecutivo muestran una mayor actividad. Los ministros viajan permanentemente. La premier tiene un discurso más político que su predecesor, y ello se nota en sus visitas ahí donde se vienen haciendo obras o las piensan hacer. Veremos si luego de estas semanas, en las que pasaremos del fútbol al voto de investidura y de ahí a los censos nacionales, el ambiente en el Parlamento ha encontrado espacios de propuesta antes que de cuestionamiento.

Juan Carlos Valdivia