Cesar Peñaranda

En jaque el sistema económico establecido en la Constitución

En reversa lo sustantivo del modelo de economía social de mercado

En jaque el sistema económico establecido en la Constitución
Cesar Peñaranda
19 de enero del 2024


Si no tomamos nota hoy y actuamos para evitar que lo trascendental del modelo económico iniciado en los noventa se siga deteriorando –y magnificando, por tanto, los problemas socio-económicos pendientes de resolver, como la pobreza e informalidad por mencionar dos de los más críticos– se tendrá un escenario explosivo difícil y costoso de resolver, que además será aprovechado por los enemigos del sistema aduciendo que es el responsable y que por tanto la solución es salirse del mismo para lo cual es indispensable cambiar la Constitución vía una Asamblea Constituyente, en lo específico cambiar de manera sustantiva el Capítulo Económico de la misma. La mediocridad, conformismo e inacción en la que están cayendo organismos públicos y privados y los agentes económicos en general es tal que más temprano que tarde tendremos un escenario indeseable. El sistema económico está en jaque, pero los que jugamos ajedrez sabemos que se puede evitar e inclusive revertir, salvo que dejemos que sea jaque mate.

Lo señalado nos pone de inmediato ante la pregunta de qué hacer, cómo y cuándo. Lo primero lo tengo clarísimo y lo he venido precisando en diversos artículos en este portal, que pasaremos a resumir; en cuanto al cómo y cuándo, es más complejo pues depende en mucho de aspectos políticos y de la capacidad, experiencia, convicción y liderazgo de actores que circunstancialmente tengan el o accedan al poder. ¿Debemos actuar ya, con el actual Ejecutivo y Congreso, o esperamos el 2026? Esto último sin saber cómo llegaremos y qué actores tendremos, con un sistema judicial y electoral que no garantizan nada. Pregunta nada fácil de contestar. Quizás la respuesta es un término medio, que significa precisar lo que puede y debe hacerse en el periodo que resta a las próximas elecciones, simultáneamente con preparar y tener listo lo que es aconsejable para después. 

En este contexto, para determinar qué está pasando y como tal qué corresponde hacer para retomar y consolidar lo sustantivo del modelo de economía social de mercado, el análisis debe realizarse en dos aspectos centrales: los cimientos y los motores del mismo, con base en los cuales se garantiza crecimiento alto y sostenido. Los cimientos a su vez tienen dos pilares claves: las instituciones y los fundamentos macroeconómicos; mientras los motores igualmente tienen dos potentes: la inversión y la productividad. Todos ellos vienen siendo negativamente afectados, especialmente desde hace catorce años cuando los que han accedido al gobierno no han sido pro economía de mercado, en particular los últimos gobernantes, por lo que corresponde actuar al mismo tiempo sobre los dos pilares y motores precisados, aunque con mayor o menor énfasis según el caso.

Al referirnos a las instituciones, que son las leyes no escritas y que modulan el comportamiento sustantivo de la convivencia en sociedad y permiten afianzar nuestro sistema político de democracia, tenemos en mente cinco fundamentales que han estado siendo violentadas y que en lo esencial,desde el punto de vista económico,impactan negativamente en las inversiones y la actividad productiva: el imperio de la ley, la estabilidad jurídica, la propiedad privada, la libertad de los agentes económicos de actuar e interactuar y la transparencia, universalidad y oportunidad de la información.

Hay múltiples casos que pueden mencionarse, en diferentes instancias a lo largo de los últimos catorce años, que claramente muestran el mínimo apego y la escasa relevancia que se otorga a estas cinco trascendentales instituciones, a nivel del gobierno nacional, regional, local y, por cierto, de entidades y organizaciones privadas. Van desde manifestaciones contra la inversión y actividad privada, hasta la toma de carreteras, puertos y aeropuertos, invasiones y quema de propiedad pública y privada, extorsiones y chantajes, trabas, barreras y regulaciones de toda índole, desconocer contratos, inseguridad y corrupción extrema, por mencionar algunas de las más comunes y tangibles, que explican por sí mismo la gravedad de lo precisado. Entonces, si no les damos el altísimo valor y trascendencia que tienen e interiorizamos que corresponde el respeto absoluto a su vigencia y actuar en consonancia, mal podemos decir que estamos en línea y avalamos el sistema de economía social de mercado pues este no funciona apropiadamente en ese contexto, está por el contrario siendo distorsionado y, peor aún, socavado. 

Como tal y sin perjuicio de destacar que se torna imperativo a nivel de toda la sociedad refrescar valores y educación cívica, corresponde realizar una profunda reforma del Ejecutivo y del sistema judicial, electoral y político, es decir una reforma integral del Estado, pues de ello dependerá en gran medida la consolidación de las cinco instituciones centrales que hacen a la esencia del sistema de economía social de mercado. Sin su respeto y vigencia plena no es posible aspirar lograr y menos sostener crecimiento económico alto, que se torna indispensable para cabalmente poder reducir y eventualmente erradicar la pobreza e informalidad, a la par con propender a la equidad en la distribución de oportunidades y un mayor bienestar general.

El otro pilar esencial de los cimientos es el respeto a los fundamentos macroeconómicos dado que garantiza la estabilidad económica,expresada en baja inflación y adecuados saldos fiscales y de balanza de pagos, que se requiere para la toma de decisiones en cuanto a inversiones y aspectos propios de la actividad productiva. En concreto, implica el diseño y manejo profesional de la política monetaria y cambiaria por parte de la autoridad monetaria como es el Banco Central de Reserva, a la par con lo propio respecto de la política fiscal, tributaria y de la política económica en general por parte del Ministerio de Economía y Finanzas. En lo sustantivo debe buscar ser horizontal, sin discrecionalidad, evitando crear distorsiones al mercado para permitir que pueda dar las señales que conduzcan a una eficiente asignación de los recursos.

Con ligeros altibajos ESA es la política macroeconómica iniciada en los noventa la que ha permitido sostener el crecimiento económico durante tres décadas, a ritmo ligero los noventa y creciente en la del 2000, para luego pasar a ritmo decreciente a partir de la década del 2010 y que se agudizó los últimos años por la pandemia del covid-19 y la inestabilidad sociopolítica más las señales negativas a la inversión. La situación actual requiere con urgencia la reforma tributaria y un reenfoque de la política fiscal, la par con la reforma del Ejecutivo mencionada anteriormente que cierre y fusione entidades públicas, avale la “meritocracia”,asegure el desmantelamiento de regulaciones absurdas y la eliminación de trabas y barreras burocráticas, a la par con proporcionar los servicios e infraestructura básica a toda la población.

De los dos motores, el pertinente a la inversión se empezará a calentar y tomar full impulso, conforme se fortifiquen los cimientos del sistema vía lo anotado para los dos pilares, es decir, las instituciones y los fundamentos macro. En otros términos, asegurar un ambiente de negocios favorable. Es esa la ruta para de manera horizontal potenciar proyectos de inversión nueva y ampliación de capacidad productiva en múltiples sectores productivos, hacer realidad la enorme cartera de oportunidades de inversión que existe, sin necesidad de subsidios o tratamientos tributarios especiales. En ese contexto será el mercado el que oriente donde efectuarlo y los empresarios decidir cuándo y cómo. 

En cuanto a la productividad, es muy relevante tener claro que ella es el motor fundamental para asegurar el crecimiento alto y sostenido con visión de mediano-largo plazo y la más compleja de lograr que aumente progresivamente; además, que nos referimos a lo que los economistas llaman la productividad total de factores (PTF), entendiendo como tal la contribución que hacen al proceso productivo todos los elementos que directa e indirectamente intervienen en el mismo, adicional al factor trabajo y al capital. En lo sustantivo, para subir la PTF se deben realizar las reformas estructurales antes mencionadas, como la del Estado, así como concretar las llamadas de segunda generación, en especial las vinculadas al capital humano como son la de la salud y educación, la de innovación, ciencia y tecnología, la reforma laboral y de pensiones. Conlleva garantizar la inversión en infraestructura, en la que se tiene una enorme brecha, a la par con dar mantenimiento oportuno y adecuado a la existente.

El incremento permanente de la PTF, que permite mayor y mejor crecimiento económico, podrá hacer viable reducir la alta informalidad laboral y empresarial existente, pues se ingresa a un círculo virtuoso que retroalimenta el aumento de la productividad laboral y productiva, todo lo cual hace que progresivamente se formalice toda la economía. Es obvio que en este contexto se garantiza la generación de empleo adecuado, mejores ingresos, reducción de la pobreza, mayor equidad en la distribución de oportunidades y mejor y más alto bienestar general.

Termino reiterando que el sistema económico de economía social de mercado está en jaque y que si no rompemos la inercia actual la situación se tornará muy crítica desde el punto de vista económico, social y político. El qué hacer está claro, al menos para los que postulamos este sistema, pero no sabemos quién o quiénes pueden tomar la iniciativa y cómo y cuándo plasmarla, pues requiere como prerrequisito estar cabalmente convencidos que esta es la ruta que debe seguir el país y tener el poder para realizarlo o convencer a los que lo pueden concretar. Estas indefiniciones no deben ser óbice para que los que abrazamos esta causa, cada uno desde su trinchera, coadyuven a la solución y así más temprano que tarde veamos fortalecido y consolidado nuestro sistema político y económico de democracia y economía de mercado, respectivamente, plasmados en la Constitución.

Cesar Peñaranda
19 de enero del 2024

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