Carlos Adrianzén

El alto costo de los congresistas incompetentes

Las reservas no son para gastarlas a pedido de los congresistas

El alto costo de los congresistas incompetentes
Carlos Adrianzén
09 de octubre del 2024


Si usted es actualmente congresista de la República o candidato, si desea serlo, si es periodista económico o –simplemente– no desea ser otro ciudadano patéticamente desinformado opinando como un pollino, estas líneas son para usted. Aquí buscaremos fortalecer sus criterios en relación a ponderar lo que es –o puede hacer– la política monetaria. Para ello, luego de las definiciones de rigor, enfocaremos la actualidad monetaria peruana de estos tiempos (vía cinco gráficos impajaritables) y sus lecciones.

Primero que nada, entérese de lo que es la política monetaria. Si la Constitución crea un monopolio estatal, se trata del uso de todos los instrumentos –encajes, compras de divisas, etc.– que la burocracia usualmente introduce puede usar para satisfacer la demanda por dinero de largo plazo. La política monetaria solo tiene una capacidad: controlar el crecimiento del nivel de precios. Si persiguiera otro objetivo (i.e.: reactivar la economía, distorsionar el tipo de cambio, rescatar bancos privados o financiar gastos públicos) pasaría a ser una desgracia.

No resulta casualidad que uno de los más hediondos genocidas de la historia reciente –V.I. Lenin– destacase que la inflación es la forma perfecta de destruir la libertad y robarle al pueblo. No, servidor público Wilson Quispe, el BCR no crea puestos de trabajo. No, servidora pública María Agüero, tampoco la inflación eleva el poder adquisitivo del pueblo (digo yo, ¿Cómo en Cuba, Bolivia o Venezuela acaso?). No, servidor público Alfredo Pariona, el manejo actual del BCR no explicaría la falta de un crecimiento robusto. 

Entiendo que ustedes son en realidad astutos activistas pagados, que saben que no pocos peruanos están tan pobremente educados que de verdad creen que el BCR crea puestos de trabajo, puede elevar el poder adquisitivo del pueblo o explicaría la falta de un crecimiento robusto en el país. 

Y saben –como activistas– que su grupo necesita pobres. Y para ello, resulta crítico desprestigiar… en aras avasallar más tarde la Autonomía del Banco Central. Además de descubrirlos los invitaría a pensar. Recuerden que la inflación destruye y daña a los más pobres y competitivos y beneficia a sus amigotes. Por ello, revisemos los datos.

  1. De la coyuntura que ustedes denotan sin comprender lo que sucede, les recordaré –ver figura uno– que la inflación ha regresado a su senda. Algo bueno para todos y responsabilidad del Banco Central de Reserva.
  2. Que gracias a lo que ustedes denostan (en el Perú) y lo que erróneamente halagan (en Bolivia), la moneda nacional circula como dinero en ese último país. Que el aludido cuadro de sustitución monetaria solo contrasta cuán necesario resultaría que ustedes y sus asesores busquen mejores argumentos. 
  3. Y por favor estudien. Los saldos de disponibilidad de liquidez internacional (Reservas y Posición de Cambio) no son platita guardadita que se puede gastar a la loca o en Petroperú. Cuando se queman las reservas el país queda expuesto al enorme costo social de un ajuste macroeconómicamente innecesario. Las Reservas Internacionales tienen dueños. Gastarlas es un robo a alguien. Si hay Reservas en el Perú hoy, y no en Bolivia es justamente porque las ideas de la izquierda se imponen totalitariamente en la dictadura boliviana; ¿o usted cree y puede defender que Bolivia hoy es un régimen Democrático?
  4. Sí, tenemos excelentes precios externos del cobre, oro y plata. Pero también pagamos un petróleo en alza. Quemar reservas hoy para cubrir el escandaloso desmanejo de Petroperú o alguna otra operación estructurada, sería algo escandaloso y… costoso.
  5. Finalmente, y no por ser un asunto menos importante, les recuerdo que el manejo actual del BCR es apenas regular. Notable solo en comparación a Bolivia, Venezuela, Cuba, México o Nicaragua. No se saca nota 20/20. Interviene constante y costosamente en el mercado de divisas. La rigidez real del tipo de cambio multilateral nos cuesta mucho. Somos mucho menos competitivos gracias a ello. Claro, cuando alguien se saca la Tinka no se da cuenta por un tiempo cuánto podría estarse desmadejando en sus gastos. Aquí, estimados lectores, el creerse los halagos es una maldición. Es necesario dejar flotar el dólar localmente.

Carlos Adrianzén
09 de octubre del 2024

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