Desplome de las expectativas empresariales

Es de público conocimiento que las expectativas son una de las variables relevantes que afectan la economía de un país. También indicadores como la inflación, el tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores y de los inversionistas, entre otros. Si tenemos claro que los indicadores mencionados pueden variar en un periodo a raíz de las expectativas, su impacto en la marcha de la economía de un país tomara relevancia y sostenibilidad en el tiempo si las expectativas mencionadas se transforman en hechos concretos. Para efectos prácticos de lo expuesto veamos el caso actual de las expectativas empresariales en el Perú.

Según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), publicadas en las Notas de Estudio del BCRP N° 53, del pasado 8 de agosto del año en curso, casi todos los indicadores de expectativas cayeron en el mes de julio con respecto a junio de este año. El índice de la economía a tres meses cayó de 49.8 a 49.1 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses cayó de 59.4 a 57.9 puntos, el índice del sector a tres meses cayó de 54.4 a 52.1 puntos, el índice del sector a 12 meses cayó de 62.4 a 59.9 puntos, el índice de la situación de su empresa a tres meses cayó de 59.8 a 55.8 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses se mantuvo en 69.0 puntos, el índice de la demanda de sus productos a tres meses cayó de 59.2 a 55.1 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses cayó de 67.8 a 66.3 puntos, el índice de contratación de personal a tres meses cayó de 48.9 a 48.2 puntos y, por último, el índice de contratación de personal a 12 meses se mantuvo en 53.9 puntos.

Considero que los resultados de la citada encuesta son fruto del contexto interno que sigue golpeando a nuestro país: los recientes conflictos sociales, las continuas denuncias de corrupción difundidas constantemente por los medios de prensa, el aún alto nivel de inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. Todo ello se suma a un difícil contexto económico y geopolítico externo: la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la agudización de las tensiones militares entre Estados Unidos y Rusia, China, Siria, Irán, Corea del Norte, entre otras potencias militares. A entender de muchos, todo ello ha motivado el desplome de las expectativas empresariales que se han reflejado en la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas, lo cual puede influir negativamente en algunos indicadores de nuestra economía y en el comportamiento de los inversionistas, tanto locales como extranjeros, durante lo que queda del presente año.

En tal sentido, es fundamental que se tomen acciones inmediatas para cambiar esta situación y mejorar las expectativas empresariales. La gestión del Gobierno actual debe tomar con firmeza y transparencia las medidas correspondientes para combatir eficiente y eficazmente los principales problemas internos que golpean a nuestro país, respetando el marco constitucional. Y en el aspecto económico, promover la diversificación de nuestra oferta exportable, especialmente de productos no tradicionales y terminados, para no depender mucho de los precios internacionales de los minerales y otros productos primarios, que son la base actual de nuestras exportaciones y que resultan vulnerables a los vaivenes de los mercados internacionales.