Desplome de la competitividad del Perú

Nos encontramos en un mundo multipolar, altamente competitivo y con múltiples desafíos para las personas, organizaciones y los países. Por eso debemos contar con un clima de negocios que permita al emprendimiento privado –motor del crecimiento económico– desarrollarse, invertir, fomentar la investigación en nuevos productos o servicios a efectos de ser más competitivos en el mercado y ser cada vez más eficientes y eficaces.

A fines del pasado mes de junio fueron publicados los resultados del Ranking de Competitividad Mundial 2024, elaborado por Centrum PUCP –la escuela de negocios de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)–  junto con el Institute of Management Development (IMD) de Suiza, que mide la competitividad económica de los países basándose en su capacidad para fomentar prosperidad a través del uso eficiente de recursos y habilidades disponibles.

El Ranking de Competitividad Mundial es una herramienta integral que evalúa la competitividad de 67 naciones a través de cuatro pilares fundamentales: desempeño económico, eficiencia del gobierno, eficiencia empresarial e infraestructura. Cada uno de estos pilares se descompone en varios factores específicos que se miden mediante un conjunto de 355 indicadores. En la citada publicación el Perú se encuentra en la posición 63 de 67 países, registrando su puntuación más baja histórica con 43.4 puntos, un descenso notable desde los 48.1 puntos del año anterior y una caída de ocho puestos.

Dicho estudio revela que los países con mejores resultados han sido aquellos que han gestionado eficazmente sus políticas económicas y mantenido una estabilidad política robusta. En los cuatro pilares evaluados, Perú se encuentra en las posiciones más bajas: en Desempeño Económico, está en el puesto 60; en Eficiencia del Gobierno, en el 55; en Eficiencia Empresarial, en el 60; y en Infraestructura, en el 63.

En tal sentido, es necesario acciones inmediatas para revertir esta situación, como un cambio en la dirección de nuestro país, donde se combata eficientemente los principales problemas del país, y en el aspecto económico promover la diversificación de nuestra oferta exportable especialmente de productos no tradicionales y terminados, para no depender básicamente de los minerales, que son vulnerables a los vaivenes de los mercados internacionales debido al difícil contexto económico y geopolítico mundial y de la alta competencia en este sector por los nuevos descubrimientos mineros en otros países.

Nota del autor: Este artículo lo dedico a la memoria de mi querida madre Blanca Noemí Molina Niño de Guzmán, que siempre está presente en mi corazón y desde el cielo me inspira, cuida y guía mi camino, que este 6 de agosto del 2024 cumple 11 años de su partida al encuentro de nuestro Señor.