Manuel Gago
Demagogia castillista oculta avances de la minería
Remediación de pasivos ambientales con aportes privados es inobjetable

El gobierno es incapaz de resolver los bloqueos de carreteras y de la producción de cobre en el sur, en donde Pedro Castillo cae en popularidad según encuesta reciente de Ipsos. Sin embargo, el titular de Energía y Minas (Minem), Eduardo González, muy suelto de huesos ha señalado en el XXVII Congreso Panamericano COPIMERA que “se tiene que poner orden para evitar que las mineras nos dejen todos sus pasivos ambientales sin responder por ellos”. El ministro se hace el sueco. ¿Intenta desviar la atención?
Por años y de manera sistemática, el marxismo y la izquierda han diseminado relatos falsos sobre contaminación provocada por la minería moderna. Veamos. Desde los noventa, con la privatización de la minería estatal, comienza un nuevo ciclo de aprovechamiento de los recursos naturales. Nuevas normas ambientales comenzaron a ordenar el aprovechamiento de los minerales. Las empresas de talla mundial, cuidadosas con la naturaleza y costumbres locales, trajeron tecnologías que minimizan la contaminación.
Además se creó el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), encargado de observar el cumplimiento de las normas. Asimismo, se estableció el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA), con el fin de reducir los impactos ambientales de los proyectos mineros. También numerosas oenegés vinculadas al marxismo están al pie de las mineras y petroleras con el fin de denunciar cualquier evento que afecte al medio ambiente. Aunque su verdadero objetivo es magnificar los daños para crear percepciones falsas sobre las actividades extractivas. Aliadas de Amnesty International y Oxfam, internacionalizan hechos con propósitos antiperuanos.
Durante el humalismo, con Manuel Pulgar Vidal como ministro del Ambiente, se introdujeron normas severas respecto a la protección del agua, aire y tierra. Y con la privatización de las mineras estatales surgió Activos Mineros SAC (AMSAC), empresa estatal de derecho privado –como parte del Fondo Nacional de Financiamiento de la Actividad Empresarial del Estado (Fonafe) – responsable de la remediación de los pasivos ambientales heredados de la minería estatal, entre ellas Centromin Perú, responsable de los relaves que contaminaron lagos, ríos y quebradas.
El ministro González se ha estancado en los ochenta. En 30 años el país ha sido transformado de diversas maneras. La reducción de la pobreza, de 60% a 20%, y el incremento de la producción –tres veces más– han sido acompañados de obras de recuperación de pasivos ambientales. Los trabajos están a la vista. El Estado es responsable de las subsanaciones, con el aporte económico de las inversiones privadas.
Además, sembríos de plantas autóctonas en parajes inhóspitos hacen exitosos los cierres de minas. Y diversos convenios de cooperación, suscritos entre las mineras y las comunidades, han servido para desarrollar programas de protección ambiental. Y numerosas empresas comunales, también financiadas por la minería, amplían las áreas verdes en lugares donde nunca antes existió una sola planta.
En el 13º Simposium del Oro y Plata, 2018 –organizado por la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE)– Francisco Ísmodes, ex ministro de Energía y Minas, anunció que en 2021 serían eliminados todos los pasivos ambientales por medio de un “fondo verde” proveniente de la inversión privada. Veinte compañías mineras participan en este fondo, destinado a revertir los daños ambientales causados por la minería tradicional y estatista, desde la dictadura de Juan Velasco (1968-1975) hasta los años noventa. Un total de 1,945 pasivos mineros (de 9,000 identificados en todo el país) serán remediados con un fondo de S/ 1,193 millones.
Diversos programas de remediación son acompañados de proyectos hídricos necesarios para favorecer a los agricultores de las zonas mineras y las actividades de extensión forestal. El ministro debe ya saber que la responsabilidad de las obras es del Estado, con el aporte económico de la minería.
La zona andina ha sido transformada grandemente. Las mineras han construido reservorios para el agua proveniente de la lluvia, y emplean este elemento en sus operaciones y campamentos, así como en actividades económicas de la población (ganadería, acuicultura, forestación, agricultura y otras). No obstante, el ambientalismo marxista intenta denodadamente tapar el sol con un dedo.
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