Bridas para el caballo desbocado

No es que estemos en un país de locos, como podría decirse graciosamente. Estamos presenciando, con la errática conducción gubernamental de Perú Libre, el descalabro o la desdicha de nuestro Perú que marcha a la deriva. Vemos también el asentamiento de la corrupción gubernamental, claras acciones orientadas al asalto del Estado por parte de un sector mafioso ligado al narcotráfico y escondido solapadamente tras un “discurso ideológico” que sigue encandilando a muchos que se consideran defensores de los pobres. Aquellos que, sin querer entender la realidad, se han atrincherado tras el silencio dando curso al añejo sueño de la destrucción de una patria “que solo pertenece a los ricos”.

Es de conocimiento público que la mafia va copando sectores claves de la economía nacional. Convocan a asambleas populares tras la figura de reuniones descentralizadas del Consejo de Ministros, para acercarse a sectores populares a fin de incitarlos a la confrontación con quienes ideológica o económicamente no comulgan ni comparten sus ideas de destrucción. Buscan también “acuerdos populares” para afirmarse en el poder y hacer efectiva la instalación de un socialismo corporativo; una ruta compartida clandestinamente por silenciosos y oportunistas que continúan a la caza de beneficios personales sin interesarles el bienestar colectivo.

En relación al asentamiento de la corrupción al interior del gobierno, las acusaciones de Karelim López en la Comisión de Fiscalización del Congreso, señalan al presidente Castillo como líder de una organización criminal: “Sí, corroboro y ratificó que el señor presidente maneja esa organización y la maneja con su exministro (Juan Silva). La ha manejado siempre, y obviamente de la mano de sus sobrinos, que se ha probado… Me ratifico en decir que él es el cabecilla y que es aquel que da las órdenes, porque sus sobrinos no llevaban empresarios a que se vean con él por gratitud”. También acusó a Aníbal Torres de presionar a Bruno Pacheco para que abandone el país: “Ese amigo que tenía miedo, tenía miedo (a) irse, no sabía qué hacer, cómo denunciar, se llama Bruno Pacheco”.

En las Asambleas Populares (Consejo de ministros) el actual presidente hace declaraciones insustanciales; como en el VRAEM, donde dijo: “Si bien es cierto la crisis que se ha dado por el tema del covid, y generalizado últimamente por la guerra entre Croacia y Rusia, pero eso hay que hacer a la brevedad posible que nuestros agricultores con lo que tenemos nosotros el día de hoy”. Esas declaraciones denotan improvisación, desconocimiento y limitaciones para dirigir el gobierno. Esas asambleas tienen como objetivo, hacernos creer que están interesados en la problemática del país y búsqueda de soluciones considerando las opiniones de las organizaciones populares. “Cosechan” propuestas como la de la consulta popular sobre la nueva Constitución, presentada por la PCM al Congreso, avalada inmediatamente con un tufillo amenazador por Vladimir Cerrón, fungiendo de líder revolucionario: “Si es que el Congreso pierde la oportunidad de aprobar un proyecto de ley que promueva un debate y una polémica de la asamblea constituyente, el partido y su bancada ha propuesto un plan B, que definitivamente tiene que ver con el Congreso de la República”

Los aspectos señalados resultan más que suficientes para buscar la unidad, defendiendo la democracia y evitando lamentos futuros, empecemos a sacudirnos seriamente tanto de los responsables directos como de las imposiciones de Perú Libre.