Iván Arenas

Bolivia o el gran pacto

Para salir del evismo, cuya hegemonía ha durado más de dos décadas

Bolivia o el gran pacto
Iván Arenas
21 de agosto del 2025


“Italia no es Bolivia” dijo con desdén Giuliano Ferrara, ministro de Berlusconi. Al paso salió Mario Vargas Llosa, en defensa del país altiplánico, que es 3.6 veces más grande que la Italia de hoy. En efecto, ni Italia es Bolivia, ni Bolivia es Italia. Pero por esos curiosos vaivenes de la historia se podrían parecer. Hoy Bolivia necesita un pacto, gane quien gane la segunda vuelta entre Rodrigo Paz y “Tuto” Quiroga

Estamos en Italia, en 1976. El llamado Compromiso Histórico se pone en ejecución, luego de idas y venidas. El PCI, la DC y los socialistas, los partidos con mayor representación política, colaboran entre ellos para evitar el desgobierno y el autoritarismo. Berlinguer, el autor del eurocomunismo (junto a Santiago Carrillo, que al final devino en el alejamiento de los comunistas de la esfera soviética) ha construido el Compromiso Histórico junto a Giulio Andriotti de la democracia cristiana. A modo de pacto o acuerdo, el Compromiso Histórico, que sólo dura tres años y algo más, es uno de los pocos capítulos en los que la alta política permitió la convivencia antes que la destrucción. Esto lo escribí meses atrás. 

Hoy Bolivia necesita un pacto, un compromiso histórico “a la italiana”, en caso se pretenda salir del evismo, cuya hegemonía ha durado más de dos décadas. Un periodo que arranca desde antes de la llegada de Evo a la primera magistratura allá por el 2002. Una hegemonía cultural, social y política que se quiso extender desde La Paz al sur peruano y al mismo corazón del Chile de Boric, con una Constitución a la “boliviana” de naciones étnicas.

¿Puede volver Evo? Menuda pregunta. Octavio Paz dijo alguna vez que si las respuestas no son las correctas no quiere decir que las preguntas lo sean. En efecto, la respuesta no es si Evo puede volver sino hasta donde durará como personaje político y cuál será el impacto de su presencia con respecto al próximo gobierno. De momento, tanto Paz como Quiroga no pueden salir de dos temas: la economía alicaída y el futuro de Evo. El hombre sigue siendo relevante. Es más, el voto nulo que promovió Evo obtuvo casi 17%.

¿Por qué ganó Paz en primera vuelta? La respuesta no es sencilla. Paz, mejor dicho sus bases y sus candidatos, provienen del alicaído MNR, que fue absorbido socialmente por el “evismo”. La otra respuesta es que la imagen del evismo es más fuerte de lo que parece. Aunque su modelo económico fue primario exportador, en la primera década de su gobierno, y a través de varios programas sociales, el evismo sacó de la pobreza a más de 2.5 millones de personas, que pasaron a ser una clase media emergente. En el relato “evista” hay dos ejes: indigenismo y buen gobierno, o distribución de la riqueza. Y esa clase media emergente ha dejado de ver al evismo y a la propia izquierda como su vínculo directo o indirecto con el Estado. Paz puede interpelar todo del “evismo” salvo que ahora los bolivianos pueden “comer tres veces al día”, a pesar de la crisis económica. Contradicciones de un relato político. 

Si no hay alianza, acuerdo o compromiso histórico, el “evismo” tendría opciones. Porque la izquierda ha comprendido que sin Evo no se gana.

Iván Arenas
21 de agosto del 2025

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