Juan Sheput

¿De regreso a los años ochenta?

Las semejanzas entre José Jerí y el Alan García de su primer gobierno

¿De regreso a los años ochenta?
Juan Sheput
24 de octubre del 2025

 

No fue a través de Mark Twain sino de Margareth McMillan que llegó a mí la frase “la historia no se repite, pero rima”. Fue en un ensayo, publicado si mal no recuerdo en Foreign Policy, donde nos recuerda que la historia no se repite con exactitud, pero sí a través de patrones o comportamientos similares que permiten inferir similar resultado. Nunca es igual porque la historia la protagonizan personas, y el calibre, personalidad y temple de ellas no es igual en distintas etapas de la historia. Si a ello le agregamos el contexto –es decir, las circunstancias únicas que se presentan en cada momento que vivimos–, pues simplemente las historias no se repiten. Pero se pueden parecer, pueden rimar. 

Los tiempos actuales se parecen a aquellos que vivimos en la segunda mitad de la década de los ochenta, hace 40 años. Entonces un joven presidente asumía la jefatura de Estado, a los 36 años de edad. Surgió de una votación impecable que le dio al APRA su primer gran triunfo presidencial. Alan García, como reconoce en más de uno de sus libros, pagó el precio de una juventud con ganas de transformarlo todo. Sus ímpetus y gestos le valieron una rápida popularidad que se desvaneció cuando la realidad se impuso con crudeza, imponiendo el hecho de que los gestos no son suficientes para gobernar. Varios ministros incapaces de contradecir a un presidente carismático y con notable liderazgo hicieron su tarea: la economía y la seguridad del país lo sufrió. 

Cuarenta años después la historia rima. El presidente Jerí no ha ganado las elecciones ni tiene un liderazgo indiscutible. Pero si abunda en gestos propios de sus ímpetus juveniles y se rodea de ministros que hasta ahora solo saben decirle amén. Goza además del apoyo de un Congreso donde la coalición que lo designó goza de amplia mayoría. Todo está listo para que la historia rime: la inseguridad continúa, la economía se deteriora, la democracia se carcome y los gestos abundan.

Los gestos políticos están bien para un impulso inicial, luego se deben de cortar para reemplazarlos por acciones de un gobierno que enfrente los graves problemas nacionales. Un Congreso cómplice nos ha traído a una crisis de inseguridad. Un Congreso populista nos está haciendo perder los fundamentos que hicieron fuerte nuestra economía haciéndonos retroceder. El Congreso cómplice y populista es el mismo que se eligió en el 2021 y amenaza con seguir perforando nuestras finanzas.

De seguir así la situación económica del país va a estar tan deteriorada que no va a poder cumplir muchos compromisos internos. A nivel municipal ya sucede: la irresponsabilidad y el abuso del gesto electoral por parte de Rafael López Aliaga han sumergido a la Municipalidad de Lima en la peor situación económica de las últimas cinco décadas. Y todo con el aval del Ministerio de Economía.

El gobierno está en capacidad de parar esto ¿Cómo? Enfrentándose al Congreso y planteando una ruta económica más seria y responsable. El presidente del Consejo de Ministros, Ernesto Álvarez, tiene aquí un rol importante. Espero que lo entienda. El país se lo agradecerá.

Juan Sheput
24 de octubre del 2025

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